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jueves, 12 junio, 2025
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■ La alcaldesa Karen Bass decreta restricciones sólo en la zona céntrica

Toque de queda en LA

■ Respuesta militar a "disturbios" será igual o mayor que en California, advierte Trump

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Por: La Jornada •

Washington y Nueva York. Los ataques militarizados contra inmigrantes y sus defensores en Los Ángeles son consecuencia directa de órdenes de la Casa Blanca para ampliar las redadas más allá de criminales y enfocarlas contra todo inmigrante indocumentado, sin importar dónde se encuentre. Mientras, el presidente Donald Trump declaró este martes que lo que está haciendo en la ciudad de California se ampliará a todo el país.

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Las órdenes para ampliar las redadas de indocumentados fue resultado del fracaso del gobierno de Trump de cumplir su promesa de realizar deportaciones masivas de criminales extranjeros que invaden Estados Unidos.

Ante el rotundo fracaso, Stephen Miller, asesor presidencial y arquitecto de la agenda antinmigrante de la Casa Blanca, visitó la sede de las oficinas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), donde expresó su frustración.

“Salgan y arresten a extranjeros ilegales”, instruyó Miller a los líderes del ICE. En lugar de hacer listas de indocumentados criminales, Miller les ordenó ir a los alrededores de Home Depot, donde se congregan jornaleros para esperar que los contraten, o las tiendas de autoservicio 7-Eleven, reportó The Wall Street Journal. En la reunión, los jefes de ICE aceptaron la tarea y con ello iniciaron las redadas más agresivas y amplias a lugares de trabajo, estacionamientos donde esperan jornaleros y tribunales de inmigración con las operaciones de mayor perfil en ciudades y estados demócratas. Miller fijó una meta de 3 mil detenidos por día.

Cuando estallaron las protestas en ciudades como Los Ángeles, Chicago, Phoenix y Nueva York, Trump respondió amenazando con intensificar sus operativos y maniobró para reciclar su mensaje utilizado en su primer periodo presidencia respecto a que orbes bajo gobiernos demócratas suelen estar fuera de control, mientras albergan –bajo medidas de santuario para inmigrantes– a criminales violentos.

La respuesta intensa –pero generalmente pacífica– en Los Ángeles contra las redadas ordenadas por Trump fue utilizada por el mandatario para justificar una militarización de los operativos antinmigrantes.

Al preguntarle este martes sobre su envío de hasta 4 mil tropas de la Guardia Nacional y 700 marines a Los Ángeles, Trump respondió que frenamos un desastre, y parece que era un caos planeado. Ellos (los manifestantes) tenían armas, tenían herramientas. Son gente muy peligrosa. Fueron enfrentados con una fuerza pesada y se doblegaron.

Pero no hubo señales de que el movimiento de resistencia se hubiera desmoronado en Los Ángeles.

De hecho, las protestas contra el ICE y las redadas, en solidaridad con sus contrapartes en Los Ángeles, se han multiplicado alrededor del país durante los pasados tres días.

Algunos medios han contado por lo menos 25 manifestaciones –algunas con sólo decenas, otras con miles de participantes– en ciudades a través del país sólo entre el lunes y este martes, reportó NBC News. Éstas incluyen protestas, todas pacíficas, con excepciones de unos pocos individuos, en Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Atlanta, Chicago, Las Vegas, Dallas, San Antonio, Portland, Charlotte, Filadelfia, Washington y Nueva York.

En la Gran Manzana, cientos de personas se manifestaron al lado del edificio federal, que incluye las oficinas del ICE y tribunales de inmigración, coreando ICE, fuera de Nueva York. Anunciaron que regresarán todos los días esta semana.

Trump anunció que lo que su gobierno está haciendo en Los Ángeles se realizará en el resto del país. Indicó que habrá más redadas antinmigrantes alrededor de la nación parecidas a las que se ejecutaron desde el viernes en la principal ciudad de California y advirtió que si hay protestas –disturbios en su vocabulario– en respuesta serán confrontadas con una fuerza igual o mayor que la empleada por su gobierno en Los Ángeles.

El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró que la decisión del presidente de desplegar la Guardia Nacional no es sólo ilegal –su gobierno está interponiendo una demanda legal contra la Casa Blanca–, sino que ha creado las condiciones para generar crisis y violencia en Los Ángeles. Estos son los actos de un dictador, no de un presidente, acusó Newsom en las redes sociales.

Trump busca mantener el enfoque sobre lo que dice es una persecución de inmigrantes criminales y violentos, ahora defendidos por políticos demócratas y manifestantes.

La Casa Blanca emitió una lista de seis indocumentados acusados de delitos graves que afirma fueron arrestados en Los Ángeles. Trump también acusó que manifestantes en esa ciudad estaban escupiendo contra tropas de la Guardia Nacional, y ordenó que si ellos escupen, nosotros golpeamos.

No queda claro si Trump logrará sostener su campaña de agresión luego de los reportes de violencia cometida por las autoridades, incluyendo periodistas heridos por balas de goma y legisladores federales impedidos de ingresar a centros de detención para observar las condiciones en que se tiene a los detenidos.

Más aún, los costos del despliegue de 4 mil miembros de la Guardia nacional y 700 marines a Los Ángeles se calcula en más de 134 millones de dólares, informó al Congreso un oficial del Pentágono.

Los arrestos de líderes laborales y comunitarios en las protestas están nutriendo la oposición a estas medidas entre amplios sectores de la población. Y aunque una mayoría –53 por ciento– de la opinión pública apoya la deportación de criminales, esa aprobación se desploma de manera dramática cuando se trata de la deportación de personas que no han cometido ningún delito, según una encuesta de CBS News.

Sin embargo, Trump sostiene su intolerancia contra manifestantes y expresiones de disidencia a él o sus políticas. Advirtió que si en el desfile militar del 250 aniversario del Ejército y su cumpleaños, el 14 de junio en Washington, “hay cualquier manifestante que quiera salir, será enfrentado con una fuerza muy grande… estas son personas que odian a nuestro país”.

Al cierre de esta edición, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, decretó el toque de queda nocturno en una parte del centro de la ciudad para detener el saqueo, para detener el vandalismo.

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