En cuanto se vieron los primeros efectos negativos del adeudo que la UAZ tiene con la seguridad social, se habló de ‘crisis’; pero esta situación se agravó porque no se actuó rápido en el presupuesto de este año que termina.
Todas las administraciones han recibido una universidad con deudas que han sido manejables; pero de algo manejable, puede derivar en un problema realmente grave si no se atiende el tema con prudencia y rapidez. Lo primero que se estableció como un supuesto sabido es que una condición para enfrentar la negociación con Gobierno federal con éxito, era la unidad interna; en ese tenor es que el día que el Rector retomó su mandato (cuando se retractó aquella sorpresiva renuncia) en el Consejo Universitario, se estableció un acuerdo vital: se haría una propuesta de plan de salvamento que se presentaría al Consejo Universitario para que ahí se mejorara y aprobara. Ahí mismo se mencionaron ideas, como la necesidad de una ‘reingeniería de la estructura académica’ (aunque no se definió qué cosa significaba eso). Lo importante es que la Rectoría tenía que elaborar una propuesta de estrategia para salir de esta crisis y presentarla a la máxima autoridad de la institución, el Consejo Universitario, lo cual no ha ocurrido.
Y ese acuerdo es vital, porque el consejo se convierte en un espacio para consensar la estrategia que, a la vuelta del día, estaría respaldada por todas las unidades académicas y corrientes de opinión universitarias, con lo cual, se le dota con la fuerza de la unidad a dicha estrategia. Pero repetimos: eso no ha ocurrido. A la fecha, estamos en la víspera de una reunión con la Secretaría de Hacienda y nadie sabe qué se le va a proponer a Videgaray para que apoye a la Universidad en este trance.
Los diputados facilitan el encuentro entre la Rectoría y Hacienda, pero tienen en realidad poco poder para lograr cambios significativos en las bolsas del presupuesto que se orienten a solventar las deudas de la UAZ. Incluso, se observa que hay pocas posibilidades para remediar la disminución que sufrió el presupuesto a las universidades en los llamados recursos extraordinarios; mengua por más de 2 mil 650 millones de pesos, que es la disminución del 33 por ciento de esa bolsa. Así las cosas, conseguir recursos frescos para la institución pasa por una negociación directamente con Hacienda.
Ahora mismo los legisladores zacatecanos tienen cierta posición de ventaja, sobre todo en dos espacios: la secretaria de la comisión de educación, y la presidencia de la comisión de hacienda de la Cámara de Diputados, lo cual ayuda en el trato que la Secretaría de Hacienda dé a la UAZ. Sin embargo, esta cierta ventaja depende de que la Universidad ofrezca un acuerdo inteligente y viable. Sin esto último, la ventaja se diluye. Como se puede ver, en este momento es clave elaborar una propuesta de negociación UAZ-Hacienda eficaz y viable. Y esa propuesta, además, debe estar lista mucho antes del 15 de noviembre, para que sea contemplada en el presupuesto, y de no ser así, se habrá pasado el tren de la oportunidad. En otras palabras, a más tardar el miércoles 13 se debe tener esta dichosa propuesta. Y para estas fechas no sabemos nada sobre la misma: ni el Consejo Universitario sabe nada de ella, ni los sindicatos, ni los directores.
Hay dos condiciones que debe cumplir esa propuesta (antes de saber su contenido), una es que debe incluir a los sindicatos en su elaboración, porque justamente es el adeudo en seguridad social el tema que está haciendo crisis; y además, debe contar con el respaldo de la propia estructura institucional de la universidad, de tal manera que cuente con un mínimo de unidad interna en la misma. De no cumplirse estas dos condiciones de inclusión, hay muchos riesgos que la hacen vulnerable: primero, que dicha propuesta afecte a los actores mencionados y se convierta en motivo de conflictos futuros, y segundo, que estos actores presenten propuestas alternas a la rectoría ante la propia Secretaría de Hacienda, y con ello, la negociación se estanque por falta de unidad universitaria; y como el tiempo con el que se cuenta es muy reducido, toda la negociación fracase. Sabemos que las propuestas de apoyos a proyectos universitarios ya desbordó la gestión de la rectoría, es decir, los responsables de unidades académicas y proyectos han hecho llegar sus propuestas a diversos legisladores por fuera de la presentada por la administración central, pues bien, esto mismo puede pasar en esta próxima reunión con Videgaray.
En suma, es muy importante que la rectoría llame a los actores representativos en la institución y consense con ellos la propuesta que va a presentar en México, y esto tendría que ser a la brevedad. De no ser así, se activan los riesgos que aquí exponemos.
Vale. ■
