“Xóchitl Gálvez es panista, pero se parece muy poco a los panistas. Son estas las palabras con las que Jorge Zepeda Patterson describe atinadamente a quien se vislumbra como la aspirante que concentra la “cargada” conservadora.
Este nado sincronizado intelectual encontró, la semana pasada, de forma espontánea y curiosamente simultánea, la mejor virtud de Xóchitl Gálvez, la de considerarla “ciudadana”, siguiendo la muy panista tradición de pretender distancia con el Partido Acción Nacional, a pesar de haber formado parte de gobiernos panistas, de contener por esa institución, gobernar bajo logotipos blanquiazules y pertenecer a las bancadas legislativas del PAN.
Si de por sí es habitual esta estrategia de hacer vida política e incluso partidista procurando desmarcarse de los encasillamientos partidistas, Xóchitl Gálvez más razones tiene para hacerlo, toda vez que su estilo es muy poco convencional entre sus compañeros de partido.
Su desparpajo retórico supera, por mucho, el de algunos de sus colegas de otras fuerzas políticas con quienes sus compañeros, habitualmente bien trajeados y de hablar pulcro, tienen poca tolerancia.
Pero justo esto que pudiera ser su mayor defecto es ahora su principal virtud que le permite posicionarse como una de las más probables aspirantes en ser candidata presidencial de Va por México (o su acepción actual).
Sabedores de que cargan la etiqueta de “fifis”, Xóchitl Gálvez es lo más cercano al pueblo que pudo encontrar el Frente Amplio de PRI, PAN y PRD, lo que la hace la favorita del sector que comanda Claudio X González, dejando atrás a figuras cercanas a la izquierda como Beatriz Paredes, ex vicepresidenta de la Internacional socialista, y pareciendo “más pueblo” que Jesús Zambrano, de pasado guerrillero.
Esto fue posible porque no se trataba de ser de izquierda, sino de proyectar cercanía popular, al fin que la actividad política nunca es una cuestión individual, y el plan de gobierno que se buscaría implementar está bajo la responsabilidad de José Ángel Gurría, principal actor del FOBAPROA e indiscutible ícono Salinista.
Es ahí al final de cuentas, en lo económico y en lo político, donde está el verdadero interés del grupo que comanda Claudio X González.
En lo social mucho puede tolerarse, e incluso apoyarse si la lucha cultural está ganada como en algunos aspectos del feminismo y del ecologismo.
Pueden aceptar la postulación de una mujer aquellos que hace poco hablaban de “lavadoras de dos patas”, o respetar los derechos ganados de la diversidad sexual, si eso implica el regreso de la visión del echeleganismo individual para no admitir la injusticia social por poner solo un ejemplo.
Es útil en ese contexto el origen humilde y la auto adscripción indígena (que algunos acusan de usurpación identitaria) de Xóchitl Gálvez para huir del mote de “fifi”, y eso, aunado a su género, le permitirán argumentar misoginia y racismo a casi cualquier crítica que se le emita.
La decisión de elegir a Xóchitl es una apuesta por una base social más amplia que la que ya simpatizaba con la fuerza política que la impulsa. Es la apuesta por conquistar a quienes hasta ahora no se identifican con Claudio X González o Gustavo de Hoyos porque se les lee amigos sólo de su dinero; de ir por los que rechazan la ultraderecha oscurantista de Lily Téllez, y por quienes ven en Santiago Creel el retorno del viejo régimen, aunque de fondo Xóchitl quizá no ofrece nada distinto a éste.
No es una apuesta menor y mucho menos segura, porque en la búsqueda de esa base social están arriesgando la que ya tenían conquistada, que por minoritaria que fuera, es el corazón de su resistencia, y la que se aglutinó en torno a sus marchas y sus mítines estos últimos cinco años.
¿Votará el Frente Nacional por la familia por una candidata que participa de la Marcha por la diversidad sexual?, los que se escandalizaban por ceremonias indígenas en el zócalo, ¿apoyarán a quien las promueve y acepta su participación en consumo de peyote y otros rituales? ¿Digerirá FRENA a una candidata que se pronuncia por el aborto legal y seguro?
¿Las ideas de Xóchitl alejarán a panistas? ¿Las ideas de panistas alejarán a quien comulgue con las ideas de Xóchitl? ¿O podrán encontrar un interés mayor que les haga tolerar el mal menor?
Ya lo sabremos.