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miércoles, 26 junio, 2024
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El regreso de los Coronel a París

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

La Gualdra 625 / Exposiciones / Arte 

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El pasado 28 de mayo se inauguró en la capital francesa la exposición Le Retour des Coronel à Paris en la art art Galerie ubicada en la 28 rue de la Fontaine au Roi, en colaboración con Nadieshda-Colectivo Cultural Internacional. París fue una ciudad entrañable para Pedro Encarnación Coronel Arroyo (1921-1985), en 1946 llegó ahí por primera vez y tuvo la oportunidad de trabajar y frecuentar los talleres de Victor Brauner y del escultor Constantin Brancusi.

Durante la segunda mitad del siglo XX, París seguía siendo uno de los principales lugares en el mundo del arte. Exponer en esa ciudad europea era una especie de sueño que cumplió el zacatecano, quien además decidió establecer ahí su residencia de manera intermitente, por lo que adquirió una casa en uno de los barrios parisinos más hermosos, cerca del Observatorio; ese lugar sirvió como residencia temporal a partir de la década del setenta para artistas mexicanos que viajaban hasta allá, entre ellos, Francisco Toledo, con quien mantuvo una cercana amistad hasta su muerte. Es con Martín, su hijo, con quien comparte los créditos de esta nueva exposición.

Le Retour des Coronel à Paris incluye 8 piezas de Pedro Coronel y 8 más de Martín. En torno a ella se han programado actividades de mediación como la del pasado 6 de junio en el Instituto Cultural de México en Francia, con la participación de su director, de Miguel Vaylon (Misha), del artista mexicano radicado en Francia Alberto Ramírez y del propio Martín; el próximo 11 de junio se llevará a cabo también un concierto con el artista multidisciplinario Manuel Rocha Iturbide (México, 1963) en la galería, a las 19:30 horas.

 

Compartimos con ustedes el texto de Miguel Vaylon (Misha), Comisario de esta muestra que estará en exhibición hasta el 15 de junio.

Le Retour des Coronel à Paris / El regreso de los Coronel a París

Un diálogo padre-hijo

Miguel Vaylon (Misha)

 

“La pintura, la poesía, se sirve de Coronel para manifestarse. La relación de este artista con la pintura es erótica, mejor dicho, amorosa, en el sentido en que reconoce la existencia de la obra como una realidad autónoma”.

Octavio Paz, 1961

“Pedro Coronel insiste una y otra vez en que la soledad del sol es infinitamente mayor que la del hombre..”.

Juan Rulfo, 1964

 

Pedro, el padre…

Pedro Coronel, joven pintor mexicano, se quedó por primera vez en Francia en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial. Se hizo amigo de Octavio Paz, agregado cultural de la Embajada de México, que le hizo descubrir los talleres de Victor Brauner y Constantin Brancusi.

En 1961, cuando ya es un artista reconocido, coronado con numerosos premios, punta de lanza de la generación de la ruptura, la que rompió con la escuela mexicana de pintura a finales de los años 50, expone en la famosa galería Le Point cardinal (en la que exponen Michaud, Ernst, Mata, Lam…).

Decidió instalarse en París y en 1975 compró un taller de artista en el distrito 14. En ese momento realizó varias obras gráficas en el excepcional taller de litografía Clot, Bramsen & George.

Las obras de Pedro Coronel son parte integral de la historia artística de México, en relación con la vanguardia europea, y sobre todo francesa, que revolucionó el arte en el siglo 20. Las obras presentadas en esta exposición son las reediciones de las serigrafías de Pedro Coronel, realizadas por su hijo (numeradas y certificadas). De hecho, Martín Coronel ha sido responsable de la conservación, exposición, difusión y representación de la obra de su padre durante varios años.

 

Martin, el hijo …

 

“Martín es un ser que ha perdido el miedo: por eso crea. En sus obras, la salamandra y el dragón están representados: el fuego terrestre y el fuego celestial se condensan en la superficie dura de sus obras…”.

Leon García Garagarza, 1990

“La versión más cercana a la verdad de los hechos es que la mujer nació de un soplo de arcilla divina (y no de un aliento divino) del que nosotros, los hombres, hemos extraído nuestras propuestas más terribles y mejores… Martín debe saber esto y mucho más. Es la voz de la arcilla la que nos deja sus notas en la tranquilidad mate y terrosa de cada objeto”.

Víctor Monjarás- Ruiz, 1989

Martín ha estado en contacto con el arte desde su nacimiento, no sólo por la herencia y el trabajo de su padre, sino también por el lado materno. Su madre, Ana Teresa O. Fierros, también estudió el esmalte sobre metal en París. De vuelta a México, fue profesora en la UNAM durante 40 años y entre 1952 y 1954 colaboró en los frescos de Diego Rivera: murales del Teatro de los Insurgentes y murales del Hospital de la Raza, en el que está representada.

Por lo tanto, Martín se baña durante toda su infancia en las vanguardias artísticas mexicanas y francesas, viendo desfilar en casa a las mayores figuras artísticas de la época. Estas influencias llevaron a Martín a entrar en las artes plásticas muy temprano. A los 17 años, comenzó a expresarse en el campo de la cerámica, que sigue siendo su principal modo de producción artística.

Al mismo tiempo, desde hace más de 25 años, ha montado muchas exposiciones. Además, considerado el experto en la obra de su padre, fue recientemente el curador de la exposición “Pedro Coronel, 100 años, un camino infinito” en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, para la conmemoración del centenario del nacimiento de su padre.

Como artista, ha participado en numerosas exposiciones colectivas en el Museo Carrillo Gil, el Museo de la Ciudad de México, la Casa Lamm, así como en exposiciones individuales en la Galería Torre del reloj, el Desing Center of Américas (USA), el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán y bienales como la Feria Internacional de Arte Arco (Madrid), el FIAL (Bruselas), el 5th. Cairo International Competition, entre otras… Por no hablar de los numerosos premios y publicaciones.

El regreso de los Coronel a París…

París se ha convertido en un punto de encuentro, de intercambio e inspiración entre el padre y el hijo, un punto de encuentro ineludible y una influencia innegable para ambos.

Esta exposición es una invitación a hacerles dialogar a través de sus obras, a establecer el vínculo entre el trabajo plástico de Pedro y las cerámicas de su hijo Martín. Así se realiza una reunión artística, casi onírica, de los dos artistas, en París, su segunda patria.

 

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