“Estamos reunidas en esta jornada en memoria de todas las madres buscadoras de México que partieron de este plano sin poder reencontrarse con sus hijos”. Con esas palabras comenzó este viernes la velada en explanada del Congreso del Estado, en el marco del Día de las Madres.
Alzó la voz la madre de Claudia Elizabeth Solano López, desaparecida desde el 21 de julio de 2019, a nombre de las madres buscadoras de Zacatecas y de todo México. Denunció la criminalización que enfrentan por buscar a sus hijos y la narrativa institucional y social que responsabiliza a las víctimas por su propia desaparición.
Las frases que suelen recibir por parte de las autoridades al denunciar y exigir su derecho a la búsqueda resonaron en la plaza: “Andaban en algo”, “Seguramente tenían malas compañías”, “¡No los supieron educar!”, “Es que ustedes no les hicieron caso”, “Andaban en malos pasos”. Y entonces lanzó: “¡Si ya saben todo eso, entonces díganme dónde están!”.
Poco después de concluir el pronunciamiento destacando que las heridas que genera la desaparición son cada día más hondas y que nadie merece sufrir la desaparición de un ser querido, la velada fue abruptamente interrumpida por una callejoneada que celebraba una boda e ingresó a la explanada con música de tamborazo.
A pesar de que más de la mitad de la explanada estaba ocupada por tejidos en rafia roja y cedulas de búsqueda, el grupo de turistas y músicos ocupó la parte trasera del espacio para bailar y continuar ingiriendo mezcal.
Algunas activistas reaccionaron gritando “¡Indolentes, inhumanos!”, pero sus voces eran opacadas por la música. Minutos después, cuando dos de los músicos fueron informados sobre la presencia de las madres buscadores y el motivo del acto, al retirarse no interrumpieron la música, sino que decidieron cambiar a un ritmo más animado.
Lo ocurrido provocó un intercambio de palabras entre las activistas y los organizadores de la callejoneada. Guillermina Camacho, del colectivo Siguiendo tu rastro con amor, explicó que el contraste entre la celebración y el duelo “es parte de la vida”; mientras otros asistentes gritaron: “¡Fuera, fuera!”, al ver la reacción tardía del grupo, así como el desdén y la burla por parte de algunos asistentes.
Algunas madres no pudieron evitar romper en llanto y otras más explicaron a las organizadoras el dolor que sintieron al ver interrumpida la conmemoración de esa forma, señalando que, al observar la explanada ya ocupada por el evento, lo más sensato habría sido respetar el acto y abstenerse de ingresar.
Frente a ellas, una policía respondió que más grupos arribarían a la explanada y una de las organizadoras acompañó una disculpa con la justificación de que “el Ayuntamiento así dio el permiso”.
Después del agravio, el evento continuó. Al cierre se realizó un pase de lista, donde se pronunciaron en voz alta los nombres de sus seres queridos desaparecidos como acto de memoria y afirmación frente al olvido.
El evento concluyó con una frase pronunciada por la activista Elizabeth Araiza: “Que el infinito amor que siento por ti siga siendo el motor de mi vida, y que me permita, desde el corazón, apoyar y acompañar a quien lo necesite.”
La velada también se realizó de forma simultánea en Jerez y Fresnillo. En Jerez tuvo lugar en el memorial del Jardín Hidalgo, y en Fresnillo, en el Jardín Obelisco, convocada por el colectivo Buscadoras Zacatecas.