La exposición a la violencia, el maltrato infantil, el abuso sexual, la falta de conexiones sociales, las adicciones, serían algunos de los factores de riesgo importantes asociados a una mayor vulnerabilidad al suicidio, que afectarían especialmente a personas de edad adolescente y juvenil.
Sí bien el suicidio es un fenómeno dinámico y multifactorial, las intervenciones de carácter preventivo corren el riesgo de ser poco efectivas y dispendiar recursos sí se enfocan en abordar una multitud de factores de riesgo que pueden estar solo marginalmente relacionados con estas conductas, pero no serían los más determinantes o, estarían escondiendo factores moderadores, mediadores y detonantes importantes; explica el psicólogo Leonardo Cardona.
En los casos de suicidios en adolescentes es fácil atribuir a las y los jóvenes, niñas y niños que incurren en conductas de: ideación, planeación, intentos suicidas o suicidio consumado, una vulnerabilidad “esencialista” que termina por estigmatizarlos.
Las personas habituadas a la violencia, al dolor y al sufrimiento, son especialmente vulnerables al suicidio; por lo que las políticas públicas que atienden de manera efectiva las violencias hacia infancias y adolescentes en las familias y en las instituciones escolares, son fundamentales para la prevención temprana del suicidio.
De acuerdo a Emmanuel Sarmiento del Instituto Nacional de Psiquiatría, las personas que crecen con padres negligentes, que ejercen violencia o padecen psicopatologías, ven incrementado entre 10 y 20 veces su riesgo de presentar conductas suicidas.
Leonardo Cardona, quien publicó la tesis Perfil sociodemográfico del suicidio en Zacatecas, considera importante prestar atención a que más del 60 por ciento de los zacatecanos que cometen suicidio contarían con un nivel educativo básico o medio, muchos de ellos desarrollan actividades agropecuarias, o son personas no ocupadas, amas de casa y estudiantes.
El sentirse una carga para otros es un concepto clave del investigador Thomas Joiner, quien ha investigado el suicidio por más de tres décadas. Joiner considera que la percepción de ser una carga en una persona se intensificaría cuando llega a un estado de desesperanza sobre su futuro y cree que no hay forma de mejorar su situación. El suicidio puede verse entonces como la única salida para escapar del sufrimiento y evitar “seguir siendo una carga” para los demás, explica Cardona.
Esta distorsión cognitiva sumada a la sensación de aislamiento y falta de conexión con familiares, amigos o grupos sociales, junto con eventos adversos como enfermedades crónicas, fracasos o humillaciones, desempleo o falta de ingresos, pueden resultar en comportamientos suicidas.
Por lo anterior, resulta importante que las personas que dan signos de aislamiento, que manifiestan sentirse inútiles o creer que son una carga, reciban el apoyo de las personas en su contexto inmediato y tengan acceso a servicios de salud, pues este acceso es también uno de los factores protectores frente al suicidio, señala Cardona.
Respecto a los tipos de psicoterapias que pueden ser de utilidad en el tratamiento de la conducta suicida, la terapia cognitivo-conductual y la terapia dialéctica-conductual, destacan como terapias con efectividad demostrada por estudios científicos, para personas dentro del continuum de comportamientos suicidas.
En este sentido, es importante mencionar que las personas que tienen buenos resultados en la psicoterapia son aquellas que, al experimentar este tratamiento, se involucran y lo encuentran de utilidad. En caso contrario, puede resultar productivo revisar si el psicoterapeuta lleva un plan de tratamiento que considere la complejidad del problema y se encuentra actualizado en programas de atención al suicidio.
Las personas que manifiestan ideación suicida u otro tipo de conductas en este continuum, deben ser escuchadas en lugar de ser censuradas o regañadas, subrayan los expertos.
Proporcionar una escucha atenta, sin caer en el sobrecontrol o en refutar de forma insistente las manifestaciones de desesperanza que comunican las personas que están contemplando el suicidio, puede proveer una experiencia humana significativa, que intrínsecamente les dé razones para valorar la vida.
Para los medios de comunicación resulta importante, hacer referencia en cualquier noticia relacionada con el suicidio o actos de suicidio consumados, a líneas y canales de atención que difundan los recursos disponibles para personas con vulnerabilidad al suicidio y sus familiares.
