La incertidumbre de los trabajadores al servicio del Estado zacatecanos que cotizan en Issstezac está llegando al límite. Sin fondo de inversión es cosa de tiempo para que el recurso existente y la posibilidad de derivar recurso del presupuesto al pago de compromisos. Como una alberca a medio llenar que no tiene llave de entrada, aun cuando ‘administres’ el agua existente, se podrá prolongar la fecha de término, pero esa fecha llega.
A este gobierno le quedan alrededor de 7 meses de existencia. En ese tiempo es evidente que no se resolverá el problema del fondo de pensiones, así que tiene la pretensión de llegar al cambio de poderes y heredar la papa caliente que significa la fractura definitiva de la seguridad social de dichos trabajadores al siguiente gobierno. El gobierno entrante no querrá asumir este problema y hablará de responsabilidades penales para demandar a los administradores que, se puede documentar, hicieron mal uso de los fondos. Sin embargo, el hecho de que puedan llevar ante los tribunales a los presuntos responsables de la quiebra financiera del Issstezac, no garantiza la sustentabilidad de las pensiones de los derechohabientes de esta institución.
Cuando una empresa está en problemas de rentabilidad, se puede cerrar o se puede hacer un plan de rescate económico. Y esto último tiene dos variantes, si se puede hacer uso del capital existente o no. Si no se puede la única alternativa es hacer uso del crédito para iniciar nuevas inversiones que aseguren rentas mayores a los intereses del crédito. Esto es, un plan de negocios con altos rendimientos. Pero en un contexto de depresión económica debido a la contingencia recesiva que ahora vivimos, todos los planes de negocios son inciertos. Sin embargo, como el gobierno es el administrador de los fondos, puede hacer uso de ventajas absolutas para plantear planes de negocio de bajísimo riesgo. Sin embargo, no se ha salido de los círculos viciosos de ajustes contables. El problema no es contable, es francamente económico: no se trata de distribuir mejor los recursos, sino de crear valor nuevo en cantidades significativas y sostenibles. Pero si se trata de patear el bote, no se iniciará una empresa de este tipo.
Hay prestaciones insostenibles que se consiguieron sobre bases de cálculo artificiales, por ejemplo, profesores de telesecundaria que lograron percepciones altas por el programa ‘carrera docente’ de carácter federal, y sobre esa base les hicieron su cálculo de jubilación. En estos casos de debe buscar la manera de rehacer su cálculo base que sea justo. En otros casos, procede un programa de compra de prestaciones. Pero en todos los casos, se necesita hacer inversiones donde participe el afectado. La preocupación del gobierno debe estar centrado en los derechohabientes que, antes que cualquier otra consideración, tienen derecho a la certidumbre de su pensión. Ellos no deben sufrir las consecuencias de algo que no tienen responsabilidad, y por tanto, debe ser el Estado quien deberá resolver este nudo gordiano para garantizar el derecho de los trabajadores.
