El año pasado, las redes sociales estallaron cuando se habló del caso de Mauricio Cuevas y Paulina Florencia. En este caso, la influencer Florencia Guillot entrevistó a la pareja, presentando su relación como un caso de éxito en el amor, a pesar de la diferencia de edad. Al hablar de este caso, nos dimos cuenta de que lo que la creadora de contenidos describía como una historia romántica no era más que la romantización de un hombre de 25 años, que incluso ya tenía hijos pequeños saliendo con una niña de secundaria.
Desde ese momento hemos seguido hablando de la cultura de la pedofilia. Lamentablemente cada vez salen más casos a la luz. Desde la lista de Jeffrey Epstein, que ha revelado cantidad de datos turbios sobre los diferentes hombres y mujeres en el poder que han abusado de niñas y niños, hasta un caso más de la farándula mexicana. Hablo de la entrevista que dio Dani Flow, reguetonero mexicano en 2022, que en los últimos días resurgió.
Hay muchas cosas que señalar aquí. Desde las letras de canciones donde se dicen cosas como “a mi hija jamás la tocaría, pero a sus compañeritas de la secundaria tal vez y sí’, hasta, el minimizar acusaciones de violación hechas por Nath Campos contra el influencer Rix. Dani Flow es una figura pública, cuya música se reproduce constantemente. Sabemos que la música y su letra sí tienen un impacto en normalizar conductas delictivas. Es por esto que se ha señalado constantemente sobre el regular la música que haga “apología del delito”, casi siempre refiriéndose a narcocorridos, pero debemos tener en cuenta que en esta categoría entran también los llamados a la violación y la violencia contra niños y niñas.
¿Cuándo vamos a entender que esto no son burlas, ni juegos? ¿Qué estas palabras tienen impactos reales sobre la protección de niños y niñas? ¿Cuántas veces vamos a seguir oyendo justificaciones rancias sobre “es que ella es muy madura para su edad”? Nos toca a nosotras y nosotros, a los adultos, el crear un ambiente de protección para las y los menores de edad. Eso también implica señalar cuando una persona cruza el límite y empieza a normalizar conductas delictivas.
No tenemos cifras exactas sobre el abuso sexual contra menores de edad, pero se estima que cada año 5.4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México. Un dato más espeluznante: en 2022 se atendieron a casi 10 mil casos de violaciones contra personas de 1 a 17 años en los hospitales de nuestro país. Esta cifra es solo la punta del iceberg, pues la mayoría de las víctimas en estos casos no acuden al sistema de salud ni denuncian. En Zacatecas, de acuerdo con el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banevim), la violencia sexual es la cuarta violencia más común contra mujeres y niñas.
Hay que poner un alto y hacer de este tema una prioridad social. No podemos permanecer indiferentes ante abusos sexuales de menores y el grooming. La denuncia activa, la educación y la colaboración son nuestras mejores armas contra estos crímenes. Solo al enfrentar este problema de manera colectiva podemos construir un entorno más seguro para las generaciones futuras. En esta lucha, la unidad y la determinación son nuestras mayores fortalezas.
Sigamos alzando la voz contra estos crímenes.
A las niñas y los niños no se les toca. No se les abusa.
Tolerancia cero a la apología del abuso sexual contra menores.