■ Exponen la problemática contra la minera de Carlos Slim desde hace años
El compromiso para establecer una mesa de diálogo, amplia, que involucrará las representaciones de comunidades que en la región del semidesierto tienen asentadas empresas mineras, tales como Goldcorp y Frisco-Tayahua, así como una serie de estudios ambientales y de salud, estos para el caso de los habitantes de Salaverna, fueron los resultados de una reunión que el pasado 7 de octubre se realizó entre representantes de la organización de la sociedad civil Amigos de Salaverna y la Coordinación General de Minería de la Secretaría de Economía (SE).
La dependencia federal, en voz de Mario Cantú Suárez, se habría comprometido a convocar asimismo para esta mesa de discusión, a las representaciones de Semarnat, Profepa y las correspondientes de las empresas extractivas, así como de los gobiernos estatal y municipal de Concepción del Oro y Mazapil.
Roberto de la Rosa informó, acudieron a la SE, donde se expuso ante Mario Cantú Suárez y otros funcionarios, la problemática de su comunidad que mantiene una lucha por la posesión de la tierra contra la minera de Carlos Slim desde hace años.
Y actualmente se expresa como una urgencia, luego de que la empresa afectara sus terrenos y casas con detonaciones que ponen en peligro su integridad física, la exigencia de una reubicación inmediata “digna y justa”.
Lo que solicitan los habitantes de esta comunidad es que se repliquen en otro lugar, las condiciones espaciales y ambientales en las que desde hace 200 años han vivido y se les garanticen los servicios de los que hoy gozan, pues denunciaron, en Nuevo Salaverna, donde la minera reubicó a algunos de los comuneros, actualmente padecen por el agua y ni la empresa ni el municipio Mazapil se responsabilizan de ello.
En esta reunión, De la Rosa, líder natural en Salaverna, responsabilizó a la Secretaría de Economía del envenenamiento del agua, tierra y aire con elementos como cianuro, mercurio, arsénico y plomo utilizados para los procesos de extracción y beneficio de los minerales, pues les dijo, son ustedes los encargados de dar los permisos para la explotación.
Para el luchador social, el escenario que viene para los comuneros y ejidatarios de la zona del semidesierto es que luego de que las empresas se vayan, las tierras quedarán inservibles y no habrá campesinos ni ganaderos, por lo que preguntó ¿qué va a pasar con nosotros, a dónde nos van a arrojar?
Por su parte Cuauhtémoc de la Rosa, regidor en el ayuntamiento de Mazapil, también presente en esta reunión, agregó, se le está solicitando a la Secretaría de Economía que antes de dar las concesiones a las empresas mineras realice no sólo estudios de impacto ambiental sino también sociológicos, pues comentó, “es una mentira de que las mineras la llevan muy bien con las comunidades”.
De su presencia se derivan entre otros fenómenos la modificación drástica de las formas de vida ancestrales, la migración y como consecuencia de las dos, el empobrecimiento.
Ambos señalaron, luego de expresar que no se puso fecha para la realización de los estudios y el establecimiento de la mesa de diálogo, que no puede esperarse más, pues tanto los terrenos como las casas donde habitan han sido seriamente afectados.
Roberto de la Rosa Dávila mencionó sobre la reciente premiación en el DHFest 7 Festival Internacional de Cine y Foro de Derechos Humanos de México, del documental donde se visibiliza la problemática de su comunidad, Salaverna, dirigido por Edín Alaín Martínez, agradece al cineasta esta manera de hacer llegar a la sociedad “lo que realmente pasa en nuestro planeta”, y dijo, es bueno el reconocimiento que se le da a esta cinta, “pero sería mejor que se solucionara por completo el problema de la gente de Salaverna (…) se perdió aquí la liberad de vivir tranquilo”.