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viernes, 4 julio, 2025
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Democracia partidaria para evitar cacicazgos

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

Las pasadas elecciones en diversos Estados arrojan datos que debiesen alarmar a los partidos políticos, a sus dirigentes y a todos aquellos actores políticos que pretendan solicitar el voto de los ciudadanos en futuro procesos electorales, si bien la gran mayoría de candidaturas eran para renovar presidencias municipales y gubernaturas que apenas durarán dos años, es importante analizar y tratar de comprender el gran porcentaje de abstencionismo contra los diversos candidatos de los diferentes institutos políticos.

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En el debate público, el Partido Acción Nacional se ha aferrado a un discurso mediante el cual se desea generar la percepción entre los ciudadanos de que obtuvieron una gran cantidad de votos aún y cuando han perdido dos gubernaturas en manos de Morena, incluso cuando algunos de estos candidatos no cuentan con una buena imagen. El problema de fondo lleva años y al parecer ningún partido Político ha logrado comprender el origen de dicha situación o simplemente han hecho de la vista gorda.

El origen de la apatía por parte de los ciudadanos hacía la participación en los procesos electorales surge de los pésimos gobernantes que nuestros institutos políticos han arrojado, los procesos internos para la selección de candidatos terminan siendo violentados o simplemente ignorados y se termina imponiendo a personajes desconocidos; con pésima imagen; nulo respaldo social; con inexperiencia o ignorancia sobre temas públicos, políticos y sociales y que incluso su único logro es el de pertenecer a una familia o el de ser un personaje sumiso.
Esto ha terminado en personas en cargos públicos que terminan realizando acciones sin criterio propio, atendiendo a intereses de aquellos a los que señalan como “patrones” o “Jefes”, incluso toman decisiones desde su cargo que van en contra de los principios de los institutos políticos que los arrojaron al cargo y al mismo tiempo termina con la credibilidad de la institución, de igual forma cometen actos de corrupción para beneficiar al grupo político al que pertenecen o a sus amos y señores. Todos los partidos políticos han permitido estas prácticas, ninguno puede ser considerado como la excepción.

Morena mediante una Comisión de Honestidad y Justicia, ha logrado expulsar a diversos militantes sin importar si ostentan un cargo de representación popular, como lo fue el caso de Alejandro Rojas, suplente de Ricardo Monreal en el Senado y coordinador de asesores de la bancada de morena en la misma institución, quien fue sometido a un procedimiento al interior del partido por haber realizado declaraciones en contra de la dirigencia del partido y por entrometerse en procesos competentes al instituto político con la finalidad de imponer candidatos afines a dicho personaje, diputados federales y locales de diversos Estados han sido también suspendidos para poder aspirar a cargos en futuros procesos e incluso haberlos retirado de las bancadas de morena. En Zacatecas un grupo de regidores afines a un apellido político intentaron, mediante rueda de prensa, golpear al presidente municipal e incluso acusarlo de haber cometido actos de corrupción sin pruebas ni argumentos reales y demostraron que se trataba de un conflicto político manipulado por aquellos que los impusieron en dichas candidaturas cuando amenazaron solicitar a la comisión partidaria encargada de analizar, investigar y determinar si un militante puede o no continuar con dicha condición, no contaban con que los medios exhibirían la ignorancia de los mismos respecto al cargo que ostentan y a los procedimientos establecidos en la Ley Orgánica del Municipio.

Lo ideal sería no expulsarlos sino evitar que estos personajes logren llegar a cargos de representación o siquiera a las candidaturas que pueden llevarlos a estos espacios, si los Partidos Políticos que existen, desean recobrar la credibilidad de los ciudadanos y obtener el voto de los mismos para sus candidatos, deben velar porque los procesos internos sean realmente democráticos, implementar acciones para erradicar por completo las imposiciones por parte de caciques. Permitir que los ciudadanos se sientan representados por los candidatos logrará que nuestro sistema político recobre su principal objetivo al tener personajes cuyo respaldo social sea tal que nuestros representantes sean verdaderos representantes de los intereses del pueblo y no de grupos políticos, familias o incluso de intereses del sector privado. Ya en el 2018 más de 50 millones de mexicanos salieron y demostraron en una votación histórica que la confianza era para el Proyecto de Andrés Manuel López Obrador, el ya gobierna para la mayoría, ahora toca a los militantes de los partidos construir la democracia desde el interior de los mismos.

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