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lunes, 12 mayo, 2025
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El SPAUAZ en su laberinto: la ausencia de ideas

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

De acuerdo a la información periodística (e.g. “Prepara SPAUAZ emplazamiento a huelga” Imagen 30/11/23) la secretaria general del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ) emplazará a huelga a la Universidad Autónoma de Zacatecas el viernes 8 de diciembre. Esto significa que meterá la demanda por violaciones e incumplimientos, así como incremento salarial sin una visión clara de sindicato. Es una política pro patronal no emplazar para modificar el contrato. Año con año se induce la creencia entre las bases que hay algo que el patrón quiere y sólo lo puede obtener si los agremiados pretenden modificar las cláusulas contractuales. Lo cáustico consiste en no haber ya nada de mucho valor para el patrón. Este pretende disminuir los montos de las prestaciones porque, tal es la hipótesis, el subsidio federal es insuficiente. Para lograr equilibrar las finanzas a lo largo de los años se han llevado a cabo innumerables modificaciones al clausulado. Hasta la inclusión de una transitoria para darle legitimidad a la cesión de derechos colectivos. Por supuesto que tal exabrupto es una contradicción, pues los derechos colectivos, como la jubilación, no se pueden vender. Sin embargo, se hace. Se tiene, pues, una larga tradición de sumisión, tergiversación, ausencia de proyecto sindical en aras de conseguir la viabilidad de la universidad. Si alguien creyó que sería diferente durante la administración de la Dra. Jenny González Arenas se equivocó. O al menos, hasta el momento, no se nota ninguna variación con la actitud de décadas. Por principio de cuentas, el proyecto de emplazamiento es el mismo que el del año 2022. Con variaciones insignificantes. ¿Entonces la política del Ing. José Juan Martínez Pardo es vindicada por la Dra. Jenny González Arenas? Claro que sí. Por una razón muy sencilla: las peticiones básicas son las mismas: reconocimiento de plazas vacantes definitivas, cumplimiento de los tiempos para la entrega de cargas de trabajo, seguridad social y ahorro para el retiro. Como es bien sabido, la violación de la cláusula 25 es conjunta: tanto el patrón como el sindicato incumplen. No se dice en el contrato qué pasa cuando se actualiza ese tipo de violación y las plazas no se asignan de acuerdo a lo contratado. La reparación consiste, pues, en la integración de un procedimiento bilateral de detección y reconocimiento de plazas, en el entendido que no todas se someterán al proceso de basificación, sino que algunas se utilizarán para promociones de categoría, cambios de adscripción e incrementos. El contrato es muy claro: no van primero los más vulnerables, como se suele pregonar, sino quienes ya tienen base. Todo lo anterior es algo que sólo se puede lograr si existe disposición al diálogo y se dejan de lado las ansías de confrontación y linchamiento. Lo mismo puede decirse del asunto de las cargas de trabajo. Algunos insisten en trastrocar las cláusulas respectivas para fines aviesos. Exigen al patrón que corté la relación laboral de las contrataciones por tiempo determinado para que el sindicato asigne de acuerdo a criterios más bien oscuros. Con ello limitan la antigüedad de los docentes y evitan el ejercicio pleno de derechos. Pero así es su política. Seguridad social y ahorro para el retiro son temas que requieren dinero, incremento de subsidio, métodos de financiamiento y no se tienen ideas, por parte del sindicato, al respecto. Lo único que hacen es solicitar información para proporcionarla a los docentes. Esto es, en su mayor parte, simulación. Sin embargo, la exigencia de la firma de un convenio de pagos con el ISSSTE conlleva una trampa. De lograrse, se obliga a la UAZ a pagar periódicamente una cantidad, por ende, si no se tienen finanzas equilibradas, ese cargo llevará al impago de prestaciones. Esto aconteció durante la rectoría del Dr. Antonio Guzmán Fernández, quien como secretario general del SPAUAZ exigió al rector I. Q. Armando Silva Chairez, la firma de un convenio de pagos con el ISSSTE. Y después sostuvo que se hizo mal. Tiene, esta exigencia, un trasfondo político. Fuera de esto, que son posiciones más bien obvias, el emplazamiento carece de amplitud de miras. Es, de nuevo, la estrategia del avestruz. Y por doble razón. Por un lado, no se plantea nada nuevo respecto a la manida actitud anual y sí se reiteran los vicios de siempre. Por el otro se hace mutis ante la demanda que veinte agremiados interpusieron contra la integración facciosa del padrón de votación para el plebiscito de la reforma estatutaria. ¿Cómo se construirá el padrón para decidir el destino del emplazamiento? ¿de nuevo desde la exclusión, el aislamiento, el latrocinio contra los agremiados? Si es así, quien recomiende esa actitud, y quien le haga caso, pone en riesgo grave la democracia en el sindicato y transforma en una mascarada el proceso de resarcimiento de violaciones e incumplimientos. Si hubo expectativa respecto a novedades, ideas o procesos con el nuevo comité ejecutivo parece que, por este año, quedará frustrada. Son, por el contrario, la impericia, el afán de conflicto, la murmuración y el desdén por los agremiados lo que caracterizó los primeros meses de gestión del comité ejecutivo que entró en funciones en mayo de 2023.

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