Guadalajara, Jal. El psiquiatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Horacio García Rábago, señaló que las fobias por lo general aparecen en los primeras décadas de la vida.
«Estas son llamadas simples, como la claustrofobia, o miedo a espacios cerrados; la acrofobia, miedo a las alturas; la eritrofobia, miedo a ruborizarse y la aicmofobia, o temor a objetos punzocortantes, las más frecuentes», afirmó el experto.
Comentó que caracterizadas por miedo y rechazo excesivo e irracional ante situaciones u objetos, las fobias pueden limitar el desempeño de las personas en muy diversas esferas.
El experto, quien dirige el Centro Comunitario de Salud Mental (CCSM) No. 1 del Instituto en el estado, añadió que existen otras fobias más complejas, como la agorafobia o temor a estar en espacios públicos, que pueden limitar el desenvolvimiento de la persona, incluso a nivel familiar.
«Llegan a negarse a salir de su casa por temor a sufrir algún problema de salud y que no haya nadie que los ayude», resaltó.
Indicó que de hecho esta aversión obsesiva a espacios públicos se considera como uno de los síntomas más representativos en las personas con trastornos de ansiedad, tipo pánico y ameritan atención especializada.
Otro miedo que constituye serias limitaciones para la persona, es la llamada fobia social, en la cual el individuo es incapaz de estar ante la gente, por temor a ser ridiculizado o rechazado, siendo éste uno de los rasgos más característicos del llamado trastorno de ansiedad social.
En ambos casos, dijo, la atención especializada que puede incluir fármacos y sesiones de terapia psicológica, es muy importante para lograr que el problema revierta, mediante la «desensibilización».
En cuanto a las fobias simples que incluyen la ya mencionada claustrofobia, el miedo a ruborizarse, a los objetos punzocortantes y hasta algunos insectos, a excepción de la primera que puede significar limitaciones en el ámbito laboral de la persona.
«Si es que tiene que usar elevadores por ejemplo», en el resto de ellas, el paciente desarrolla mecanismos de evitación, resaltó.
Detalló que con la «evitación», la persona elude exponerse al objeto o situación que le causa temor, para así «resolver su problema» y es una realidad que estos trastornos en la inmensa mayoría de los casos no son un motivo por el que la gente busque atención profesional.
Indicó que sobre el origen de esas alteraciones, no hay una causa específica, por lo mismo se ubican dentro de los llamados trastornos multifactoriales, aunque algunos eventos traumáticos o difíciles que haya vivido la persona, pueden desencadenarlas.
Recomendó a padres de familia estar atentos ante el comportamiento de sus hijos, por ejemplo que no sean muy sociables, no quieran convivir o teman hablar en público, porque tras una fobia, puede estar un trastorno de ansiedad más complejo, el cual de no tratarse, puede generar complicaciones mayores.
