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viernes, 29 marzo, 2024
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■ El encuentro se realizó, como en anteriores ediciones, en la Capilla de Mexicapán

Festival del Pulque y la Melcocha retoma tradiciones de hace más de medio siglo

■ Una de sus actividades principales fue la procesión de una melcocha de 5 metros, recorrido denominado El Dulce Andar, el cual pasó, como se hacía antes, por el Centro Histórico de Zacatecas

■ La otra actividad sobresaliente fue la que rememoró la fiesta del pulque que se celebraba en la Huerta del Vergel sólo durante los jueves y viernes Santos

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

Más de 150 kilogramos de azúcar con sabor a piña y limón convertidos en una enorme melcocha de 5 metros partieron en procesión por lo largo de la avenida Hidalgo este Jueves Santo, hasta llegar a la Capilla de Mexicapán, donde ya los esperaban el grupo de ballet folclórico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), “Tenamaxtle”, y algunas tinajas con pulque natural y curados de sabores en una edición más del Festival del Pulque y la Melcocha, en el marco de la Semana Cultural que organiza el ayuntamiento capitalino.

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El Dulce Andar se llama esta tradición de trasladar la melcocha y, de acuerdo con Jesús Cardona Hernández, vecino del lugar y miembro de Amigos del Patrimonio Zacatecano (Apazac), se trata de una remembranza de una tradición gastronómica iniciada en la década de 1950 en la ciudad de Zacatecas, sobre todo en el desaparecido barrio de Casas Coloradas que se ubicaba en lo que actualmente es la Plaza Bicentenario y la calle Ventura Salazar, y que se realizó durante 20 años cada Jueves Santo.

Desde esos años, la melcocha medía entre 4 y 5 metros de longitud y estaba rellena de almendras, coco, piñones, cacahuetes y otros frutos secos, y era elaborada, detalla Cardona Hernández, por la familia Frausto, y la “palomilla” que la trasladaba era comandada por don Juan Pedro Luévano Ponce, conocido como “El Barón Luévano”, y el itinerario era de Casas Coloradas, pasando por el jardín Independencia, para luego ingresar por la avenida Hidalgo, calle Juan de Tolosa, hasta llegar a la plazuela De García y de ahí al Vergel.

“Al llegar los muchachos con este dulce, se repartía a veces dejándola caer sobre una sábana o partida con cincel o serrucho, y se repartía entre los asistentes, pero sobre todo entre los chicos que habían cooperado para su elaboración”, explica el vecino de Mexicapán.

La otra tradición que se recuerda con este festival es la fiesta del pulque que se celebraba precisamente en la Huerta del Vergel sólo durante los jueves y viernes Santos. La Huerta abría sus puertas para recibir a los habitantes de la capital y a zacatecanos y visitantes que venían de otras partes de la república a esta celebración para degustar la bebida, la cual estaba en grandes ollas de barro que servían para vaciar el aguamiel que, al dejarse fermentar por varios días, se transformaba en el pulque. Esta edición, la de 2023, pulques curados de frutos rojos, guanábana, maracuyá, avena y el tradicional fueron los que endulzaron los paladares de quienes asistieron al viejo barrio para conmemorar esta tradición.

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