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martes, 25 marzo, 2025
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■ “La incertidumbre deriva de la amenaza de los aranceles”, señala el economista

Es necesaria la reactivación de la economía mexicana tras medidas de Banxico: Guardado

■ Advierte que las relaciones con Estados Unidos siguen siendo un tema preocupante

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Por: Jaqueline Lares Chávez •

El Banco de México (Banxico) anunció un recorte de 50 puntos base en su tasa de interés de referencia, que pasó del 10% al 9.50 por ciento. Esta decisión marca una importante desviación de la sincronización que el banco central mexicano había mantenido con la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) durante los últimos años. En un contexto de desaceleración económica y una inflación en descenso, Banxico optó por relajar su política monetaria, destacando que esta medida busca impulsar la economía nacional.

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Este ajuste, que sigue a cuatro recortes consecutivos de 25 puntos base, refleja un enfoque de flexibilización de la política monetaria en un entorno de inflación más controlada. La última vez que Banxico implementó un recorte de 50 puntos base fue en 2020, en plena crisis derivada de la pandemia de COVID-19, cuando la economía mexicana sufrió una fuerte contracción.

Después de su primera sesión de 2025, la Junta de Gobierno de Banxico anunció un nuevo ajuste en su política monetaria, aliviando aún más el costo del dinero en un momento en que la economía mexicana experimenta una desaceleración y la inflación muestra señales de descenso. Esta medida ha sido vista como un «soplo de aire fresco» para los préstamos.

El docente investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), José Luis Guardado Pérez, resaltó que la economía mexicana necesita una reactivación, ya que las tasas de crecimiento han sido raquíticas.

“No hemos caído en una recesión a pesar de la turbulencia económica, pero el crecimiento ha sido raquítico. Entonces la economía necesita tasas de crecimiento de arriba, de 2 por ciento. Ojalá llegáramos a tasas de crecimiento de 3 o 4%, pero por lo pronto, al menos llegar al 2% o superarlo” mencionó. 

En cuanto a la inflación, los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que la inflación general anual en enero de 2025 se ubicó en 3.69%, mientras que la inflación subyacente fue de 3.72 por ciento. Estos resultados demuestran que la inflación está controlada y se acerca a la meta establecida por Banxico, que es del 3 por ciento.

Guardado Pérez subrayó que este control de la inflación da espacio a Banxico para reducir las tasas de interés y estimular la inversión y el consumo.

Un aspecto relevante de esta decisión es que Banxico decidió desvincularse de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. La FED, que la semana pasada decidió mantener sus tasas de interés en un rango de 4.25% a 4.5%, ya no sigue el mismo ciclo de reducción que Banxico. En este sentido, Guardado Pérez explicó que no hay una obligación de que ambas instituciones sigan políticas sincronizadas, aunque en los últimos años las decisiones de ambas se habían alineado.

“El contexto de cada país es diferente. La FED tiene que cuidar tanto la estabilidad de precios como el empleo en Estados Unidos. En México, Banxico solo se enfoca en la estabilidad de los precios, lo que le permite tomar decisiones independientes”, explicó.

En Estados Unidos, la incertidumbre política y económica, en particular el cambio de gobierno y la posibilidad de presiones inflacionarias, fueron factores que llevaron a la FED a suspender la reducción de tasas. En México, por otro lado, la inflación se está acercando a la meta de 3%, lo que da tranquilidad a Banxico para seguir ajustando su política monetaria.

Sin embargo, subrayó que la tasa de interés de referencia del 9.5% sigue siendo alta, y prácticamente el doble de la tasa de interés de Estados Unidos.

A pesar de la decisión de Banxico, Guardado Pérez advirtió que la incertidumbre externa, en particular las relaciones comerciales con Estados Unidos, sigue siendo una preocupación. La amenaza de aranceles y las negociaciones en torno al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) son factores clave que podrían alterar el panorama económico

“El futuro de la economía mexicana dependerá en gran medida de la estabilidad del T-MEC y de la eliminación de la amenaza de aranceles. Si esas negociaciones avanzan favorablemente, la economía mexicana podría estabilizarse y crecer a un ritmo más saludable”, afirmó. 

A pesar de estos riesgos, Guardado Pérez se mostró optimista sobre la capacidad de la economía mexicana para enfrentar los retos, gracias a su fortaleza y los avances en el control de la inflación. La reducción de tasas de interés podría contribuir a un repunte de las tasas de crecimiento en el futuro cercano, siempre y cuando se mantenga bajo control la incertidumbre externa.

La decisión de Banxico de reducir su tasa de interés refleja una estrategia para estimular la economía en un contexto de inflación controlada y crecimiento económico moderado. Si bien la incertidumbre global persiste, la flexibilización de la política monetaria ofrece un respiro necesario para las empresas y consumidores mexicanos.

“La incertidumbre deriva de la amenaza de aranceles. Mientras eso no esté eliminado, los agentes económicos se mantienen con incertidumbre. Lo que tenemos ahorita es un paréntesis, un lapso de respiro. Pero realmente esperemos que las tasas de interés, si no se igualan a las de Estados Unidos, pues sí deben de bajar un poco más” concluyó. 

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