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martes, 22 abril, 2025
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■ Alba de papel

La potencialización urgente de los museos

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Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

Desde su creación a la fecha, los museos estatales han presentado fallas estructurales que permitan su adecuada conservación, financiamiento y difusión para promoverlos como referencia inequívoca del extraordinario patrimonio de Zacatecas, y como apuesta estratégica del turismo cultural a nivel global.

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Muchas ciudades han apostado por el desarrollo económico, a partir de la re-significación de su propia cultura, basada en la firme creencia de que sólo a través de ella, se puede alcanzar el crecimiento deseado, no sólo como eje de justicia y de fortalecimiento identitario, sino como factor de progreso, contra la desigualdad, la violencia y la inseguridad que tanto nos vulnera.

Al recorrer de forma sucinta, la vasta riqueza cultural de Zacatecas, resulta imprescindible citar sus museos, como clave indiscutible de desarrollo, y tener la impronta de la enorme posibilidad de convertirla con veracidad, en una real Capital de la Cultura con un impacto transformador.

En esta misma y entrañable Casa Editora, en febrero de 2020, escribí que “Un museo es un medio de comunicación, un recinto específico que resguarda de manera simbólica la memoria, la herencia y el arte de un pueblo; expresa, asimismo, el proceso que una sociedad produce, resignifica y revalora a través de la función social de los objetos que exhibe.

Es un espacio vital para la observación, para la construcción de nuevos imaginarios acerca de las colecciones y los objetos que muestra para confirmar en el espectador, su pasado y su presente, y darle al fin, la certeza de un mundo más esperanzador a través de las formas estéticas y corrientes de pensamiento que marcan su diversidad y su riqueza”.

Enfaticé que su papel en el desarrollo cultural de una sociedad es esencial para fomentar el diálogo y la convivencia, pero que las restricciones que enfrenta son por lo general, de una extenuante limitación presupuestal, falta de personal, ausencia de un programa de extensión, equipamiento, seguridad y quizá de una normatividad horizontal que lo dinamice y lo convierta en un instrumento de desarrollo.

Dados los esfuerzos que realiza como puede con el presupuesto que el Estado le asigna al órgano mayor de cultura en la Entidad, cabría preguntarse si existe una política turística en este contexto, destinada bajo un esquema de proyecto, a promover la riqueza patrimonial en sus distintos campos, centrada en el valor excepcional de los museos como motores de la promoción turística.

¿Qué hay más acá del anhelo oficial de que Zacatecas sea una Capital Cultural por excelencia, qué plan impulsa este legítimo deseo de corresponder a su valioso legado, construido a lo largo de la historia, por grandes hombres y mujeres, artistas, arquitectos, escritores, poetas, pintores, escultores, coleccionistas y luchadores?…

De que se puede, se puede, por supuesto; ayudaría desde el ángulo oficial, mirarlos como firmes promesas de un desarrollo distinto a la industrialización, al campo o al comercio. Significaría ver en los recursos culturales de Zacatecas, las infinitas posibilidades de un progreso sustentable y sostenible.

En un texto escrito por Ibone Bengoetxea Otaolea, donde en 2014, ella fue Delegada del Área de Cultura y Educación, relativo a la transformación de Bilbao, a partir del Museo Guggenheim como principal agente de su revitalización, después de una grave crisis económica que lo asfixiaba, rememora su capacidad de gestión. 

Bilbao es la capital de la provincia de Bizkaia con más de un millón de habitantes (2014), que albergaba casi a la mitad de la población y de la actividad económica del País Vasco, que, en su momento, se posicionó   como una de las regiones europeas más competitivas. Hasta los años 80, Bilbao era una ciudad industrial, basada en la economía del acero y de la construcción naval, sin embargo, la crisis y la reconversión industrial obligaron a la ciudad a reinventarse.

La autora señala que, “En respuesta a esta complicada situación, distintas instituciones públicas y privadas idearon un proceso de restauración integral que dio como resultado una “revolución urbana”: su cultura fue la mecha para encender la transformación de Bilbao, con el Museo Guggenheim como buque insignia de su desarrollo y reconocimiento en todo el mundo, convirtiéndola en una ciudad de servicios donde la cultura es el centro de la estrategia para impulsar la innovación y un desarrollo social y  económico sostenible”.

En los años 80 y 90, sostiene que el desarrollo global de la ciudad incluyó la política cultural y turística como instrumento principal para la regeneración urbana y transformación de Bilbao junto al urbanismo y la sostenibilidad. Poco antes de que la crisis económica alcanzar su punto culminante (92 y 93), se tomó la decisión de crear un gran espacio cultural que cumpliera con una función dinamizadora para hacer de Bilbao, una ciudad competitiva de nuevo a través de la cultura: el Museo Guggenheim Bilbao, inaugurado en 1997, y desde entonces, se sustenta sobre nuevas actividades destinadas a los servicios, el ocio, la cultura y el turismo.

Con este valioso ejemplo, el plan de gobierno de Bilbao se formula bajo el lineamiento centrado en la cultura como motor económico y social; para aquellos años, destinaba más del 10 por ciento de su presupuesto local para robustecer su política cultural y con ello, a la realización permanente de actividades culturales.

Medularmente su política estableció criterios basados por orden de importancia, 1) Potencialización de la Red de Museos;2) Infraestructura Cultural; 3) Consolidación de la Red de Bibliotecas; 4) Impulso a la programación cultural; 5) Cultura en los barrios y 6) Diversidad. Esto permitió ostentar “Bilbao como centro de actividad cultural, extendiéndose a “Bilbao, centro de creación cultural (promoviendo la creación artística y “Bilbao, capital de ocio y eventos” (sobretodo, por la consolidación de equipamiento y eventos de calidad).

En síntesis, ya nada se inventa y se pueden tomar ejemplos de buenas prácticas para aplicarlos en otros lugares; en nuestro caso, Zacatecas es una potencia en ciernes que necesita ser visibilizada como coyuntura para el desarrollo, ser vista no sólo por el gobierno, sino también de la iniciativa privada que pocas veces se involucra, de las instituciones educativas y sociales, de la comunidad artística, de todos los agentes sociales.

Porque a pesar de la adversidad, Zacatecas es nuestro amado territorio y debemos confiar siempre que nuestros retos son iguales a nuestras dificultades. Hay mucho por hacer, que la buena voluntad nos acompañe siempre.

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