México, DF. Las malas actuaciones en el hexagonal final no importa, tampoco la tromba que se avecina y mucho menos que la mayoría de los que asistirán al estadio Azteca, no harán acto de presencia en la Copa del Mundo 2014, este viernes la gente se puso la «verde» en busca de una alegría perdida entre el «infierno» futbolístico en el que se ha sumido la Selección Mexicana de futbol.
El amago de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de bloquear los principales accesos al estadio Azteca, no intimidó al seguidor mexicano, siempre «entrón» y más cuando se trata de defender el «honor» del balompié nacional.
Las manecillas del reloj marcaban las 16:00 horas, cuando las puertas del estacionamiento del estadio Azteca se abrieron, para darle la bienvenida a los aficionados que «madrugaron» para evitar cualquier tipo de contratiempo y de paso alimentarse «sanamente», para soportar la larga jornada futbolera.
Los tacos de «moronga», longaniza, nenepil, seso, suadero y seguramente de «solovino», eran unos manjares con alta demanda junto a la puerta de acceso para el «Coloso de Santa Ursula», que a horas del inicio de las hostilidades ya registraba una gran entrada…, en el estacionamiento.
La lluvia hizo acto de presencia de manera moderada antes de las 17:00 horas, sin embargo, pasada la media hora su intensidad incrementó y los «huleros», es decir, los vendedores de hules, vendían sus productos como si se trataran del algún «rizo» de Oribe «El Hermoso» Peralta, con el que marcó ese gol que le dio a México la medalla de oro de los Juegos Olímpicos Londres 2012.
Los «tambores de guerra» han sonado, la afición está haciendo su parte, habrá que ver si los jugadores hacen lo propio o firman otra decepcionante actuación, una de esas, a las que parece ya están acostumbrados.
