La Gualdra 662 / Historia
Por Francisco Pablo Rivera Vargas
Existe un antiguo retrato caligrafiado de don Benito Juárez que narra vida, obra y muerte del presidente mediante una caligrafía miniaturista, que adecuando el contraste y la saturación de la tinta, al mismo tiempo dibuja el rostro del presidente de manera perfecta. Este retrato realizado en 1877 se encuentra al interior de Palacio Nacional y fue dado a conocer casi un siglo después, en 1957, durante la inauguración del Recinto Homenaje al presidente; ese mismo año se editó, reprodujo y se mandó a colgar en todas las oficinas del Registro Civil de la República Mexicana. El reconocimiento y la distribución oficial de la imagen la proyectaron a ocupar un lugar en el imaginario colectivo mexicano.
Curiosamente, mientras este retrato llegó a ser protegido, reproducido y distribuido por el mismísimo gobierno de México, por otro lado, el autor, un retratista caligráfico llamado Eduardo F. Lizardi, ha permanecido más de un siglo oculto entre las sombras de la historia, conocido y desconocido, cubierto por el polvo del olvido al igual que otras obras de su autoría, otros retratos caligráficos…
El día de hoy sabemos que Eduardo F. Lizardi fue un inventor, un amanuense miniaturista, un artista retratista, un biógrafo, un precursor del retrato caligráfico del siglo XIX en México, con actitudes intelectuales, literarias, filosóficas y obviamente plásticas, que desarrolló una idea, un concepto propio y lo llevó a cabo obteniendo resultados sorprendentes.

Esto lo sabemos gracias a un encuentro entre historiadores, académicos y artistas que tuvo lugar a principios de este año en la ciudad de Zacatecas en torno a un peculiar retrato perteneciente a la Galería Episcopal del Obispado de esta ciudad. Se trata de un retrato caligráfico del primer obispo Dr. Don Ignacio Mateo Guerra y Alba realizado por Eduardo F. Lizardi, en 1875.
El Dr. Homero Posada, originario de Aguascalientes, y el historiador del arte leonés Pablo Rivera, dieron una conferencia para presentar el “Proyecto Lizardi” en la “Rinconada de Catedral”. Los investigadores expusieron ante una especializada audiencia parte de sus avances en la tarea de sacar a la luz a este interesante personaje creador del retrato del Obispo mediante una extensa documentación. La investigación iniciada desde tiempo atrás ha permitido reunir información sobre la técnica, los materiales, los textos, la iconografía, la genealogía y el lugar de Eduardo F. Lizardi en el arte mexicano del siglo XIX.
En una segunda sesión, el equipo de Proyecto Lizardi fue recibido por el canciller del obispado padre Aurelio Ponce quien colaboró para que se llevara a cabo el desmontaje, limpieza, análisis, estudio, registro y protección del retrato caligráfico que cumple este año, por cierto, 150 años de su creación.
Durante este encuentro el historiador guadalupano Salvador Moreno Basurto fungió como el vínculo amistoso mediante el que se conformó una colaboración entre Proyecto Lizardi y el Obispado de Zacatecas para el estudio a profundidad del retrato de la Galería Episcopal, buscando el revalorizarlo con nueva información y así dar a conocer al público esta interesante obra, parte del rico patrimonio cultural del pueblo de Zacatecas y de la nación, ya que hablamos sin duda de la obra de un gran artista mexicano.
Por último, quisiera mostrar ahora, durante el desarrollo de la investigación, un fragmento del retrato caligráfico del Obispo Mateo Guerra como muestra de lo que se avecina y de la peculiar visión de este sorprendente y misterioso artista.
P.D. Si sabes o conoces alguna información sobre Lizardi y su obra no dudes en contactarnos al siguiente correo electrónico: [email protected]