21.7 C
Zacatecas
martes, 13 mayo, 2025
spot_img

Historia(s)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Carlos Eduardo Torres Muñoz •

Es sabido que la historia nunca termina de escribirse, aunque hay episodios que presenciamos sabiendo que terminarán siendo un capítulo, un registro que irá más allá de nuestro tiempo en este mundo. El pasado domingo el electorado mexicano hizo historia en varios frentes, cambio el curso ordinario de los acontecimientos en materia política y electoral, de tal forma que, la fecha quedará inscrita en la posterioridad, más aún que otras jornadas electorales. 

- Publicidad -

Historia. Se hizo al elegir a la primera presidenta en doscientos años de historia republicana en México. Desde Guadalupe Victoria hasta Andrés Manuel López Obrador, solo hombres habían tenido la responsabilidad de encabezar el poder ejecutivo federal, aunque candidatas hemos tenido, todas ellas destacables, no solo por ser, a menudo, la única mujer en la boleta, sino por los desafíos que tuvieron que superar para llegar hasta ese punto en una sociedad y clase política cerrada y, desde luego, machista. Claudia Sheinbaum se convierte en la primera presidenta de México, pero no solo eso, tuvo como adversaria electoral a otra mujer, lo que significó un radical cambio en nuestra historia: no solo resultó electa una mujer para la presidencia, no fue la única mujer en la boleta, y toda probabilidad estuvo siempre entre ambas para alcanzar la victoria el pasado dos de junio.

Historia. Claudia Sheinbaum se convierte no solo en la primera presidenta de México, también en la más votada en su historia, superando incluso a su antecesor en número de votos y en porcentaje. 

Historia. Hay una mayoría impresionante para la coalición gobernante, lo que implica un cambio también en la lógica de nuestra democracia, los contrapesos y la división de poderes. Quizá desde 1985 ningún presidente había logrado estar tan cerca de la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. El electorado decidió, por cualquier razón que aún habrá que explorar, otorgarle una súper mayoría a la coalición gobernante y con ello la posibilidad de realizar un cúmulo de reformas que pueden impactar en el modelo democrático, político, constitucional y jurídico en general, que hoy rige a nuestro país. Mucho habrá ahora de importar el estilo personal de gobernar de la presidenta electa, la autocontención de la mayoría hoy irrebatible y finalmente, del funcionamiento de los pesos y contrapesos de nuestra aún naciente democracia constitucional.

Historia. Como un corolario de lo anterior también tenemos que analizar nuestro sistema de partidos post-transición. Es evidente que se agotó y que, tal como se encuentran, han dejado de ser funcionales para efectos de representar la pluralidad del país que es innegable, no solo de ahora, sino históricamente en nuestro país. La autocrítica se antoja como la mejor política interna de los partidos en crisis. Como es sabido, para que toda democracia sea funcional y saludable, se requieren partidos políticos vigorosos, eficaces y, a su vez, valga la redundancia, democráticos en el más amplio sentido del término.

Estamos pues ante hechos históricos, cuyos efectos, no culminarán en un sexenio. Los impactos de estos hechos, como todo en la historia, están por verse, porque no hay fin de la historia, sino historia haciéndose, a ratos con más prisa, a veces lenta. El dos de junio se aceleró.

@CarlosETorres_ 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -