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viernes, 26 abril, 2024
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‘Santa y Andrés’, un filme premiado en México y censurado en USA y Cuba

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 307 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Cine

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El cine cubano y su nueva generación de realizadores, tras la apertura, se ha enfrentado al dilema de o hacer denuncias frontales al sistema o develar aspectos del mismo. Lo cierto es que ya no se preocupan, como lo hizo en su momento Tomás Gutiérrez Alea -notablemente en lo que toca al tema de la homosexualidad y su multiaplaudida y alabada Fresa y chocolate (1993)-, por disfrazar sus denuncias.

Y es que justo en ese sentido va la película de Carlos Lechuga, Santa y Andrés, premiada por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) este año como Mejor Película Iberoamericana y reconocer con el Premio Mayahuel de Mejor Actriz a Lola Amores.

Lola Amores (Santa) y Eduardo Martínez (Andrés) dan vida a dos personas, aparentemente, opuestas con sus filiaciones a la Revolución. Situada en la década de 1980 al oriente de Cuba, Santa es enviada a vigilar durante tres días a Andrés, el tiempo que durará una visita del Comité. Andrés es homosexual y escritor, por tanto, una amenaza contra la estabilidad de la Revolución y de su sagrada misión, razón por la cual él está confinado a vivir en una choza lejana del pueblo. Mientras que Santa es una mujer sola, treintañera, campesina y empleada en la granja estatal de su pequeño pueblo. De sus conversaciones saldrán certidumbres de los dos bandos.

La narración no se contenta con diálogos pedagógicos, sino que la imagen adelanta la palabra: las humillaciones simbólicas de un fusilamiento con huevos (si la memoria no me falla) mientras el homosexual canta el himno a la Revolución son suficientes para llenar los vacíos del idioma.

 

Santa y Andrés fue un proyecto que comenzó a gestarse en el año 2013, justo cuando Lechuga tuvo sus primeros problemas con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) por la proyección de su primer largometraje, Melaza, en el Festival de Cine de la Havana. En ese momento el director empezó a informarse de la censura y vejaciones de los homosexuales de las décadas anteriores y se vio influenciado por dos documentales: Seres extravagantes (2004) de Manuel Zayas y Conducta impropia (1984) de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal. Aquí tuvo acceso a un mundo que su juventud le había, hasta entonces, escondido.

La suerte no fue diferente con Santa y Andrés. La película fue estrenada en el Festival Cinélatino, Rencontres de Toulouse 2017 (aquí lo pudimos ver) en el mes de marzo. Justo en el momento en que era prohibido para su proyección en la Competencia del Havana Film Festival de Nueva York (30 de marzo al 7 de abril) y en Cuba encontraba duros reveses en la crítica oficial. Paradójicamente, la película que denuncia una censura histórica se ha visto censurada por contravenir la imagen de una Cuba abierta y consciente.

Queda sólo esperar que la película quede liberada en internet o que algunas almas caritativas de la cultura la jalen a proyecciones públicas.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-307

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