La coordinadora estatal de Bibliotecas Públicas, María Navidad de Jesús Reyes Ochoa, advirtió que la Biblioteca Mauricio Magdaleno -sede de la Hemeroteca estatal- presenta daños estructurales que ponen en riesgo periódicos históricos y el fondo antiguo, entre otros materiales consultados por investigadores, periodistas e historiadores.
Reyes Ochoa detalló que Protección Civil ha señalado cada año el deterioro del inmueble, pero la revisión más reciente este miércoles evidenció desplazamientos en la estructura, separación de muros, pisos levantados y filtraciones severas.
Explicó que, durante las lluvias recientes, el agua entraba con tal fuerza que en la Sala Braille “llovía igual afuera que adentro”.
A pesar de que ya cuentan con materiales para iniciar la rehabilitación, aún no han recibido atención de la Secretaría de Obras Públicas.
Recordó que en 2024 tuvieron que clausurar por cuatro meses las salas de Videoteca, Proyecciones, y Hemeroteca, por lo que pidió que se entreguen a tiempo los dictámenes por parte de Protección Civil.
Enfatizó que muchas veces las autoridades no dimensionan el valor del material resguardado en la Hemeroteca estatal, que incluye el fondo antiguo y una colección de periódicos estatales y nacionales que documenta la historia desde el año 2000. Este acervo se guarda en el tercer nivel, y el peso podría agravar los daños estructurales. Reyes Ochoa advirtió que, aunque no hay filtraciones en este piso, un olor a humedad persiste en todo el espacio.
Sobre la Bebeteca alertó que los conectores eléctricos ubicados en el piso también se inundan.
Informó que han buscado avanzar en la digitalización del archivo, pero se cuenta con un equipo de cómputo que data del 2010. Agregó que, para la digitalización de revistas antiguas de la Biblioteca Elías Amador, está pendiente la entrega de equipo de cómputo.
Aun así, destacó que han establecido colaboraciones con el Archivo General de la Nación, la Universidad Autónoma de Nuevo León y que incluso conservan ejemplares únicos de algunos periódicos originarios de Monterrey que actualmente solo pueden consultarse en Zacatecas.
Sobre las afectaciones en municipios por las recientes lluvias, la coordinadora lamentó que, en la comunidad de El Mezquite, Fresnillo, se perdieron entre 800 y 900 libros debido a una inundación, representando una perdida de casi la tercera parte del acervo total de la pequeña biblioteca. Explicó que la ubicación del recinto, en una especie de desnivel que acumula el agua como una alberca, agravó el daño. No obstante, reconoció la colaboración del municipio, la Guardia Nacional, el Ejército, Protección Civil y, sobre todo, del Comité Ejidal, que facilitó el salón para resguardar los libros que aún pueden salvarse.
También reportó problemas en La Gavia (Jerez), Cuauhtémoc y Villanueva. En esta última, la biblioteca operaba en un espacio en comodato del IMSS, el cual fue reclamado para una Casa de Salud, por lo que tuvieron que reubicarla temporalmente en un auditorio municipal.
En Cuauhtémoc, aunque los libros fueron resguardados, las autoridades no han podido ingresar a verificar los daños por motivos de inseguridad. Reyes Ochoa lamentó que, pese a las promesas de colaboración de algunos presidentes municipales, en varios casos las bibliotecas no cuentan con condiciones dignas para su funcionamiento.
Por último, la coordinadora hizo un llamado a la conciencia enfatizando que “El acervo de las bibliotecas públicas es bien de la nación”, por lo que pidió que los colaboradores que hayan sustraído libros devolverlos, y a los actuales responsables, vigilar que no se extravíen.
Hizo especial énfasis en la colección SEP Centenario, indicando que los ejemplares asignados a la biblioteca de Fresnillo fueron trasladados a Jerez sin permiso.
“No se puede ser incongruente. Qué bueno, Zacatecas tiene un buen lector, una buena persona, pero los niños de las bibliotecas de las comunidades necesitan los libros que se llevó de la biblioteca de Fresnillo”, afirmó. Aunque se le ha sugerido presentar una denuncia, consideró que ello generaría una situación penosa, por lo que optó por pedir que no se politice el tema.
Concluyó que no es viable reponer esos materiales, pues muchos son únicos, y precisó que las bibliotecas que no recibieron dicha colección fue por no entregar estadísticas, reportes o evidencias de actividades.