Partamos de una premisa básica: insurgencia e independencia, aunque pueden ser términos o categorías complementarias, no son lo mismo. Al estallar la independencia los mineros de la capital como los de las subdelegaciones o partidos de la Intendencia de Zacatecas se repartieron de acuerdo al estudio de Héctor Sánchez Tagle en tres partidos.
En la provincia zacatecana como parte de la Nueva España, no fueron muchos ni muy nombrados los episodios bélicos y políticos escenificados en ella. Esta coyuntura corresponde al periodo del contexto en el que se aprueba la constitución liberal gaditana y en torno a la cual participaron actores en el teatro de los acontecimientos que aquí se narran. También es necesario aclarar tal como lo sostiene el citado Sánchez Tagle que insurgencia e independencia son procesos históricos distintos, (Sánchez Tagle, Héctor, 2009, p. 34). Pues mientras que, a la primera, agregaríamos nosotros, la conformaron quienes se levantaron en armas y quienes se sumaron a la lucha no contra del monarca a quien siempre reconocieron y apoyaron y reclamaban su reinstalación en el trono, sino en contra del virrey y lo que representaba, a saber, el baluarte político de los gachupines o españoles peninsulares dueños de los principales medios de producción generadores de riqueza y funcionarios de la administración pública. En lo que podríamos considerar irónica y paradójicamente, dice el mismo Sánchez Tagle que “…los líderes de la independencia fueron destacados contrainsurgentes; la mayoría [de] los líderes de la insurgencia y la insurgencia misma ya estaban muertos en el momento de la [consumación de la]independencia”, (Loc. cit.).
Los actores miembros de las élites políticas residentes en la capital de la intendencia zacatecana, que participaron de manera más notable entre 1810 y 1811 que se desató en la provincia, se identificaron en tres bandos: los partidarios de las luchas de Hidalgo y Morelos, los contrainsurgentes que apoyaban la figura y política y administracióndel virrey y un tercero situado en medio como contrapeso y mediador de los extremos, que Sánchez Tagle llama “el partido de en medio”, que estuvo activo antes, durante y después de la consumación de la independencia, (Sánchez Tagle, op. cit. p. 35). Este último partido, en razón de los integrantes que lo conformaron, mientras muchos de ellos del cuerpo de notables que integraban el Ayuntamiento, también puede ser designado como el partido del “Ayuntamiento Americano”, mismo que jugaría un papel protagónico.
No es aquí el lugar para referirnos a los sujetos que conformaron los tres partidos. Abordar este asunto escapa a los propósitos y extendería esta modesta colaboración. Baste saber que con todo y lo ambiguo, el de la independencia mexicana con sus ramificaciones a Zacatecas, fue un proceso complejo. Los hechos de armas no abundan mucho, pero resultan entre los más notables la toma de Zacatecas por parte del ejercito de Ignacio López Rayón, quien estando posesionado de la Plaza le ofreció a Calleja el comandante en jefe de los ejércitos realistas serviles la paz, cuando éste lo que quería era la rendición de los insurgentes, (Domínguez, Michael, op. cit. p. 371).