Para académicas y activistas zacatecanas, la llegada de la primera mujer a la Presidencia de la República implica grandes expectativas, tanto por el perfil académico y científico de la virtual candidata electa, como por el punto de quiebre simbólico que representa esta elección; consideran Mara Muñoz Galván, Jenny González Arenas y Norma Ávila Báez.
Una mujer al frente del Poder Ejecutivo, en un país en el que el voto femenino se concretó en los años 70, habiéndose aprobado dos décadas antes, significa “ya una transformación de cierta manera” y “un mensaje muy importante para todas las mujeres, para todas las niñas que están observando, que son parte de estos cambios culturales”, considera la abogada feminista Mara Muñoz.
Jenny González, líder del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ), explica que una mujer presidenta en México puede representar un giro en la forma en que las mujeres líderes -de todo tipo de instituciones- serían tratadas y valoradas en espacios directivos y de toma de decisiones; en los que las mujeres suelen enfrentar tratos discriminatorios, incluso al margen de sus logros o desempeño.
Este parteaguas en la historia de nuestro país viene también acompañado del hecho histórico de que son dos mujeres las que encabezaron la competencia por este puesto, resalta Norma Ávila, doctora en Ciencia Política y docente investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas.
Parte de las expectativas que se vierten en Claudia Sheinbaum son que pueda contribuir a romper el tabú de que cuando las mujeres llegan al poder es porque están respaldadas por un hombre, considera Ávila Báez.
“Es muy motivante” tener a una mujer como mandataria estatal, considera Jenny González, señalando además que, hasta antes de esta elección, hubo pocas mujeres dentro de las candidaturas presidenciales y no eran ellas quienes encabezaban las preferencias.
“Ahora tocará a la próxima presidenta de México cristalizar esto que hoy es un mensaje simbólico, en acciones concretas para erradicar la violencia contra las mujeres”, expresa Mara Muñoz.
La abogada feminista explica que la expectativa a raíz de este avance simbólico, es hacerles justicia a “las muchas mujeres anónimas” que todos los días sacan adelante a sus familias y al país, a las mujeres víctimas de feminicidio y desapariciones forzadas; y a las adultas mayores que después de una vida de trabajo, viven en la pobreza y en la indefensión.
La impunidad es un permiso para continuar delinquiendo, indica Mara Muñoz, es por esto que la activista espera que, dentro del próximo sexenio, pueda concretarse una reforma al Poder Judicial por la que se garantice que aquellos funcionarios “que no cumplan con su obligación de investigar de manera diligente y con perspectiva de género tengan una sanción y haya consecuencias al respecto”, de forma que la cifra de 13 feminicidios diarios pueda dejar de ser la realidad cotidiana de las mexicanas.
Norma Ávila, por su parte, considera que hay una gran expectativa en Claudia Sheinbaum, para que, desde su perfil como académica, pueda brindar un gran apoyo a la educación en general y, particularmente, a la educación superior.
La jurista también manifiesta que para las mexicanas y mexicanos resulta importante “no fijar la expectativa solamente en la figura del presidente”, sino involucrarse en la construcción colectiva de las transformaciones que nuestra sociedad demanda. “Yo creo que lo importante es buscar procesos organizativos desde abajo de la sociedad, para poder impulsar los cambios sociales que esperamos en México”, concluye.