■ Compañías químicas y farmacéuticas han comenzado a aterrizar esos tratamientos, afirma
■ Artritis reumatoide afecta a uno por ciento de la población a nivel nacional y estatal
Las terapias y tratamientos biológicos que se basan en la modificación de las señales de transmisión celular son alternativas que en poco tiempo se constituirán como la mejor forma de atención a enfermedades reumáticas, afirmó el médico especialista e investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Rafael Herrera.
Según comentó, las compañías químicas y farmacéuticas han comenzado a aterrizar esos tratamientos, puesto que el beneficio es muy evidente para atender a pacientes con esa enfermedad.
Por ejemplo, se refirió a tratamientos biológicos para la artritis reumatoide, mediante los cuales se cambia radicalmente el curso natural de la enfermedad, al grado que un paciente prácticamente discapacitado puede volver a sus actividades laborales, familiares y sociales con total normalidad.
Las terapias biológicas consisten en la modulación del trabajo de determinadas células y gracias a ello algunas enfermedades reumatoides se apagan completamente, lo cual es algo que hace algunos años no se concebía, de manera que muchos conocimientos teóricos que antes eran inalcanzables, ahora operan con éxito.
Herrera informó que la artritis reumatoide es un problema de salud que afecta al uno por ciento de la población a nivel nacional y estatal, equivalente a una cantidad de afectados importante que supera con mucho al personal capacitado para atender ese problema.
En la UAZ, añadió, poco a poco se ha generado un mayor desarrollo académico especializado y en la Unidad Académica de Medicina ya se cuenta con un curso de Reumatología y también se imparten asignaturas que cubren las enfermedades crónico-degenerativas con síndrome metabólico.
Es decir, aunque la universidad no tiene toda la capacidad técnica para investigar problemas de salud, sí hay avances en áreas específicas y los profesores trabajan en temas como el cáncer o el papel del virus del papiloma en el cáncer cervicouterino, entre otros, según comentó.
Herrera indicó entonces que el perfil de la Máxima Casa de Estudios de la entidad y de sus profesores en el área de Ciencias de la Salud se ha modificado y ello es muy favorable para el desarrollo académico de la institución y para la formación de sus alumnos.