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sábado, 10 mayo, 2025
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Los jóvenes y el cristal de nuestra realidad

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ • admin-zenda • Admin •

Reflexiono sobre lo mucho que deben hacer los jóvenes para enfrentar el futuro inmediato, mismo que se antoja adverso, complejo y progresivamente violento. Muchos distractores están a la orden del día para generar en los próximos tomadores de decisiones, ideas, puntos de vista y consideraciones en torno al destino del país en cuanto a la política, la inseguridad, el desarrollo y los múltiples impactos de un cambio climático que nos alcanzan sin previo aviso. El punto que me genera contradicciones es el relativo a la cultura pues como individuos, como políticos, como dirigentes y como sociedad, dejamos mucho que desear. En el ámbito económico, las y los mexicanos nos hemos dado el lujo de desdeñar empresas nefastas (verbigracia Telmex) para la economía mexicana que de pronto y por arte de magia, han generado una inconmensurable riqueza para pocas manos privatizadoras de números rojos, tan rojos como los del petróleo y la energía eléctrica. Qué decir de la minería, aquella que pudiera generar una gran riqueza para los pueblos pero que generosamente se obsequia a capitales extranjeros mediante concesiones otorgadas a modo y con apego a una Ley Minera amigable con la contaminación ambiental y el desequilibrio ecológico. En lo tocante a la democracia, hemos aprendido a prostituirla a más no poder y con el poder; los partidos políticos han hecho de ella un negocio familiar y los políticos, enseñan a los jóvenes cómo llegar y permanecer en el presupuesto público a través de la traición, el chapulinismo, la cultura del mínimo esfuerzo y el engaño; la alternancia política solamente nos ha servido para mostrarnos lo ineficaz que puede ser tanto la izquierda como la derecha y el centro, el resultado sigue siendo el mismo: aumento de la pobreza, la desestabilización social y la violencia. También sigue a la alta la corrupción y disminuye la transparencia; no hay un servicio profesional de carrera eficiente entre los servidores públicos por lo que el pueblo debe sufrir la novatez e inexperiencia de cada servidor público que se cree tocado por los dioses del Olimpo o que de pronto, aparecen con aires de divo o diva, olvidando que el pueblo ha votado por ellos por creerlos estúpidamente como la mejor opción que brinde respuestas a sus múltiples demandas de empleo, salarios dignos, servicios de salud eficientes y acceso a una justicia que no solo se procure si no que se garantice. Por otro lado: ¿Se ha puesto usted a reflexionar en el tremendo daño que nos hace la simulación gubernativa? Aquella que no cuestionamos y que solapamos a sabiendas de que no hay avance en la solución de los grandes problemas nacionales, estatales y municipales; como sociedad, seguimos realizando las mismas acciones, aplicamos los mismos métodos para conseguir nuestros fines, y lo peor de todo, es que esos jóvenes a los que nos referimos al principio de éstas llamadas a misa, están mal aprendiendo sobre el cómo actuar en los ámbitos ya referidos, por lo que si no les enseñamos alternativas éticas, morales y honestas de conducirse en el ejercicio de su profesión, el caudal de nuestros más íntimos males, terminará por desbordarse hasta ahogarnos en toda esa descomposición social. Estoy convencido de que debemos pasar de ser un pueblo manipulable a una sociedad participativa, propositiva, educada e informada. Todos ganaremos el día en que los medios de comunicación, el clero y los políticos trabajen por el fortalecimiento de México y su gente; cuando nos tracemos metas más elevadas en el contexto global, nuestra competencia será contra los demás países y no sólo entre nosotros como hasta ahora en donde nos exterminamos unos a otros; divididos beneficiamos a pocos, unidos progresaremos en lo colectivo y superaremos nuestras adversidades. Fuera de colores y posturas radicales, lo que está en juego es el futuro de nuestra juventud, de nuestra patria de nuestro estado. Es fundamental insistir entre nuestros jóvenes, en la necesidad de empeñar un esfuerzo mayor, ya sea en la cuestión del aprendizaje o como integrantes de la sociedad. El presente y el futuro necesita de nuevos líderes que nos conduzcan a la superación, al progreso y a la sostenibilidad, luchar por menos sería condenarnos al fracaso y al caos social. Veamos con la transparencia del cristal nuestra realidad, sin atavismos, sin domesticaciones, sin ideologías tendenciosas, creo que no puede haber algo peor que una juventud manipulada, adoctrinada y cómplice de los arcaícos dinosaurios arraigados al poder. ■

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*Doctor en Derecho y Ambientalista

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