Vivo ejemplo de ese dicho que reza “lo que en el rico es alegría, en el pobre es borrachera”, gustan llamar “fomento” o “estímulo” a lo mucho que llega a los más adinerados, y “populismo” a los pocos recursos públicos que se destinan para los más pobres.
Pero es verdad, es preocupante el populismo que abunda en el país, y no me refiero a la palabra simplona con la que se descalifica a quien es popular, sino a las iniciativas corto-placistas, de quienes buscan el aplauso fácil a costa de comprometer el futuro, o en el mejor de los casos, de descuidarlo.
Un buen ejemplo de esta conducta la tenemos en la iniciativa que llevó a dejar a los circos sin animales, y por consecuencia, a los animales sin circo y sin tener a dónde ir, porque en las más de las veces no se previó el asunto, y no hay refugios y zoológicos suficientes para albergar a la fauna desempleada.
Esta iniciativa la encabezó el Partido Verde Ecologista, a quien también hay que agradecerle los vales de medicina que aligeran la economía familiar a corto plazo, pero que resultan en un descalabro financiero para el Sector Salud al mediano y largo plazo, aunque con previsibles ganancias para el Dr. Simi, empresa del tío de El Niño Verde.
Otra cosa de la que se enorgullecen en los spots ilegales que hasta en el cine nos recetan, es de haber instaurado multas para quienes contaminen, y de haber establecido un equivalente a cadena perpetua para secuestradores, con la que se conformaron cuando les fue imposible establecer la pena de muerte. No dicen, sin embargo, la muy poca probabilidad de que alguien sea castigado en el estado jurídico actual de nuestro país, que deja impune a 98% de los delitos cometidos.
Pero pasemos del verde al negro, al oro negro. Pemex fue el principal damnificado del recorte que anunció Luis Videgaray hace unos meses. La empresa, que sostiene 40% del presupuesto del Estado es saqueada constantemente, con tal de llevarla a la quiebra para poder venderla por tres peso. Pero no olvidemos que da lo suficiente para financiar campañas de candidatos tricolores, y para comprar un Ferrari al líder de su sindicato.
El recorte en cuestión significará que Pemex se quede sin invertir, y por tanto, se agraven las desventajas que tiene frente a sus competidores que están por llegar a partir de la Reforma Energética.
Es parte de la estrategia. Y mientras a los mexicanos nos subían el precio de la gasolina mensualmente, con el pretexto de igualar los precios con el mundo. Sin embargo, ahora que el precio del petróleo bajó, no disfrutamos de ello, porque años de desmantelamiento y falta de inversión de refinerías, no nos dejan mucho margen de acción para ese rubro de la economía.
Mismo ejemplo sucede con la minería, que a propuesta de un diputado tricolor se estableció un impuesto a la extracción de minerales. Medida que no ha servido para sacarnos del fondo de la cadena, en la que los mexicanos hacemos la peor parte del trabajo, la más agotadora, la que lleva mayores riesgos para la salud de los trabajadores, la que deja los mayores daños ambientales, y la que una vez hecho buena parte del trabajo sucio, embarca los minerales para que empleados de otros países, con mejores sueldos y condiciones laborales lo transformen en productos que luego volveremos a comprar.
En el reino de los simples mortales, la actitud frente a la inmediatez y el largo plazo son contrastantes. Por un lado, tenemos trabajadores, particularmente del sector educativo, en lucha por su derecho a la seguridad social, algunos porque no lo tienen, y otros porque sólo lo tienen en papel.
Algunos de ellos protestaron también por la ley del Issstezac, y fueron violentamente reprimidos por elementos de la policía, que, lo sepan o no, también serán afectados por la misma ley. Pero que seguían órdenes de quienes apuestan al olvido, a no estar en la memoria de la gente cuando los efectos de lo aprobado lleguen.
Contrastantemente, la burocracia en general guardó silencio, quizá porque prefirieron el pan de cada día, el inmediato, el de hoy, con la esperanza de que el de mañana también esté. Ojalá les salga la apuesta, pero si leyeron eso de que 60% de la gente en edad de estar jubilada no tiene pensión, sabrán que el problema es mucho más grande que el pan del día. ■
@luciasabines