A propósito de la investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus acerca de una casa que habitó José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, junto con su esposa, Carolyn Adams, y la cual perteneció antes a Keith L. Schilling, un alto ejecutivo de Baker Hughes, esta empresa estadunidense de servicios de yacimientos petrolíferos se deslindó de tener alguna relación con dicho inmueble.
Mediante un comunicado emitido el 31 de enero de 2022, la compañía de servicios industriales internacionales, la cual tiene contratos con Petróleos Mexicanos (Pemex), expuso que el inmueble, ubicado en Houston, Texas, Estados Unidos, “nunca ha sido propiedad ni administrado directa o indirectamente por Baker Hughes”.
“Baker Hughes no estuvo involucrado en la supuesta transacción”, agregó, y aseveró que “la casa es una propiedad privada que, según los registros públicos, pertenecía a un exempleado que dejó la empresa en 2019”. Dicho eso, aclaró que el ex empleado “no estaba involucrado en nuestras operaciones en México”.
Tras enfatizar que “en México operamos desde hace más de 60 años, siempre con total transparencia y apegados al Estado de Derecho”, Baker Hughes sostuvo que cotiza en la bolsa de valores NASDAQ “y está comprometida con estrictas normas de anticorrupción y transparencia”.
La empresa de tecnología energética recalcó, asimismo, que opera en más de 120 países, “con los más estrictos estándares de anticorrupción y rendición de cuentas en Estados Unidos y en cada uno de los países donde” realiza operaciones.
