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viernes, 26 abril, 2024
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Los españoles son incapaces de examinar críticamente su pasado: Federico Navarrete

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Por: ALMA RÍOS •

■ No se reconocen también “como victimarios y como ofensores, como agresores”.

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■ “Claramente a los mexicanos hoy la Conquista nos sigue doliendo, nos sigue enojando, nos sigue pegando, porque es una cosa que no hemos resuelto”

 

La idea de hacer un recuento del pasado y pedir perdón, “ofrecer una disculpa formal”, en este caso a los pueblos originarios de lo que ahora es México, por la Conquista, “es una cosa que se ha hecho muchas veces en otros contextos históricos y sociales, y creo que es algo que sería muy bueno para México (…) lo que me queda claro es que no tenemos nada que hacer con España, que esta es una cosa que tenemos que resolver entre nosotros”, sostuvo Federico Navarrete Linares.

El investigador en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM dijo en entrevista vía telefónica que “claramente a los mexicanos hoy la Conquista nos sigue doliendo, nos sigue enojando, nos sigue pegando, porque es una cosa que no hemos resuelto”.

Iniciar entonces un diálogo “abierto, común y respetuoso esperemos, sobre estos temas, es algo que nos va a beneficiar a todos”.

Afirmó que para la sociedad mexicana el proceso será “difícil y doloroso”, pero el resultado a dos años podría ser una reconciliación (en 2021 se conmemorará el 500 aniversario de la caída de Tenochtitlan, los 700 años de su fundación, y los 200 de consumarse la Independencia del país).

Navarrete Linares advirtió que no sabe si se logrará, pero cree que sólo será posible si se reduce el racismo, las agresiones a los pueblos indígenas, el despojo de sus territorios y la discriminación hacia los afroamericanos. “Todo eso”.

Estos temas, observó el autor de México racista. Una denuncia (Grijalbo, 2016) y Alfabeto del racismo mexicano (Ediciones Malpaso, 2017) deben discutirse.

Por ejemplo, el cómo en el siglo 21 sigue habiendo conflictos territoriales análogos a los de la Conquista donde el gobierno mexicano es ahora el conquistador.

“Creo que sí es necesaria una disculpa, pero no sólo a los casos que mencionó López Obrador –Mayas y Yaquis- sino a muchos otros que siguen vigentes”.

El también doctor en Estudios Mesoamericanos dijo que le queda claro por las reacciones a la solicitud de disculpas por los agravios de la Conquista hecha al Rey de España por el Presidente de México, que los españoles no sólo no quieren, “sino que son incapaces de examinar críticamente su pasado, están demasiado acomplejados para esto”.

En otros países, expuso, se ha manifestado el interés por la autocrítica, admitir las fallas que se tuvieron.

Su impresión tras leer a personajes como Arturo Pérez Reverte y el director de la Real Academia Española, es que “en el fondo lo que tienen es un complejo de inferioridad terrible y entonces como que se sienten víctimas y ofendidos, son incapaces de reconocerse también como victimarios y como ofensores, como agresores”.

Agregó a la lectura el surgimiento de la nueva derecha en España con Vox, cuyos integrantes dijo, “están reivindicando abiertamente a los conquistadores, a la agresión colonial en América, al imperialismo español”, por lo que no puede esperarse nada de aquel país, que por otro lado, “ni siquiera ha resuelto el tema de los crímenes cometidos bajo el Franquismo”.

Sobre esto último señaló que España es uno de los pocos países que tuvieron una dictadura fascista en el siglo 20 “que no ha hecho un proceso de rendición de cuentas, de justicia y reconciliación nacional sobre las violaciones de derechos humanos cometidas en aquel periodo de su historia.

“Entonces, si no puede resolver los crímenes de hace 50 años, pues difícilmente va a poder resolver los crímenes de hace 500”.

Respecto de la reacción ahora de los connacionales que manifestaron su franco desacuerdo con la iniciativa de López Obrador utilizando términos de denostación y aun ofrecieron disculpas a “Su Majestad”, como fue el caso de la política Cecilia Soto; todo que exhibió con virulencia una división de clases, estratos sociales y visiones culturales no sólo distintas sino opuestas que persisten en la sociedad mexicana, dijo que esta división surgió justo desde la Conquista.

“Y lo que parece claro es que hay un sector importante que siente cualquier cuestionamiento a la Conquista como si se cuestionara su derecho a ser mexicanos. Y entonces se sienten amenazados y lo que hacen es correr con el Rey de España para que el rey los proteja”.

Dijo que estas manifestaciones le parecen lamentables y las inscribió como una muestra del racismo de gente que prefiere identificarse con España “que soñar siquiera” hacerlo con la población indígena de México.

“Es la muestra de que en México la Conquista no sucedió hace 500 años, sino que sigue sucediendo todos los días”.

Observó ahora sobre la forma en que puede hacerse el proceso de reconciliación entre mexicanos mediante el reconocimiento de un pasado que permita cerrar esta herida histórica, y si el objetivo se conseguirá, que “no sé si podamos conseguirlo, pero creo que podemos llegar a mucho si para empezar examinamos los eventos de una manera diferente”.

Aquí acudió a la lectura que hizo sobre este pasado José Vasconcelos, para quien dijo, “la Conquista de México la hicieron los indígenas, y la Independencia, los españoles”.

Lo que sucedió en el siglo 16 fue que los pueblos mesoamericanos “utilizaron a los españoles como pretexto para hacer un cambio radical en su forma de vida”.

Con esta comprensión agregó, “ya no tenemos por qué sentirnos conquistados, avergonzados, derrotados, sino podemos entender que desde el siglo 16 hasta a la fecha, los pueblos indígenas han sido de los principales forjadores de lo que llamamos México, no los únicos desde luego, también están los africanos y los europeos, pero los indígenas han sido fundamentales; entonces eso ya sería un cambio”.

Reconocer el papel histórico de los indígenas en el pasado y el presente y entender “que somos resultado de la Conquista”, que fue un proceso muy complejo en el que participaron muchos grupos diferentes, ayudará a cicatrizar las heridas.

En este sentido precisó a pregunta expresa, que no conoce a profundidad los enfoques recientes mediante los que la televisión pública ha recuperado figuras como las de Hernán Cortés y Malitzin, pero le parece bien que se comprenda mejor a esta mujer, “porque ella fue en realidad en buena medida la fundadora del Nuevo orden, inclusive más que Cortés”.

“En vez de centrarnos en la figura del hombre español que ha sido algo que tradicionalmente hemos hecho, es hora de que le demos su lugar y su papel a la mujer indígena, y que la libremos de las groserías y las agresiones de Octavio Paz, y del estigma de la traición”.

Consideró esto muy importante y señaló hubo muchas otras mujeres indígenas involucradas significativamente en la Conquista, pero que el proceso también fue hecho por la gente común.

“Y eso también hay que entenderlo en su complejidad, fue un movimiento social muy amplio. Entonces creo que justamente para hacer eso tenemos que hacer una crónica detallada, presentar las fuentes históricas, y sobre todo tenemos que discutir y aprender mucho entre nosotros”.

En este sentido la UNAM inició este mes de marzo el proyecto Noticonquista, que funciona al momento mediante la cuenta de Twitter @noticonquista, pero para el que próximamente se abrirá una página web y espacios en todas las redes sociales.

“Nuestra idea es justamente ir contando la Conquista día tras día conforme pasen los aniversarios, revivirla en el presente como si fuera en tiempo real y abrir el debate permitiendo que conozcamos todas las posiciones diferentes de quienes participaron”.

La apuesta es que este debate abierto a todos “nos ayude a encontrar las respuestas que tanto buscamos”.

Voces locales
En redes sociales, Eduardo Jacobo opinó que el actual gobierno tiene como una de sus metas replantear la memoria histórica, y eso pone en el centro del debate a la historia, lo que en sí es saludable, pues estimula la reflexión y el diálogo. Ahora que hay que tomar en cuenta que una disculpa como la que pidió Alemania a los judíos, o el Vaticano por la Inquisición, son anacronismos cargados de corrección política; pero, y aquí viene el pero: exigir una disculpa exhibe la presencia de un trauma, hace ver al pueblo mexicano, o más bien a su Presidente, anclado en un acontecimiento de hace cinco siglos, y pone de manifiesto cierto rencor de por medio. México y España tienen muchos lazos en común y una historia que nos vincula constantemente; si por parte del rey hubiera salido la iniciativa, es otro tema, pero exigir a otro pueblo que se disculpe por el pasado raya en la soberbia. Creo que, desafortunadamente, la estrategia de comunicación del Gobierno Federal ha caído en el recurso fácil de inventarse adversarios, ojalá nos informen pronto de resultados y dejen de intentar convertirnos en turbas enojadas.

La historiadora Mariana Terán Fuentes expuso que sin duda la iniciativa del presidente López Obrador nuevamente genera polémica. Ayer las redes se inundaron de mensajes en contra y a favor. Lo que muestra además, es que la historia adquiere en nuestra realidad contemporánea la exigencia de tener en cuenta los hechos del pasado no como momias que hay que visitar, sino como eventos que siguen aconteciendo. Sé de otros ejemplos de otras naciones. Para el caso mexicano entiendo el uso político e ideológico de la historia del Ejecutivo federal en pos, como él lo llama, de la reconciliación. Lo que me cuesta entender es el tema del perdón, de la culpa y de la redención. Es un esquema que repite el mito del paraíso perdido y el paraíso recuperado. Nos la pasaríamos pidiendo y ofreciendo disculpas: los tlaxcaltecas a los otros pueblos indígenas, los moros a los españoles, los norteamericanos a los mexicanos, etc. Lo que me parece muy criticable es la posición agresiva de Pérez Reverte.

La docente Jánea Estrada dijo que el presidente AMLO dice que mandó una carta al rey y al Papa, en la que pide que “se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos: hubieron matanzas, imposiciones… la llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz […] se excomulgó a nuestros héroes patrios […] entonces es el tiempo ya de reconciliarnos, pero primero pidamos perdón. Yo lo voy a hacer también porque después de la Colonia hubo mucha represión a los pueblos originarios, fue lamentable lo que pasó con el exterminio de los yaquis, de los mayas… incluso el exterminio a los chinos en plena Revolución Mexicana… Tenemos que pedir perdón, y que el año 2021 sea el año de la reconciliación histórica”. Tanto el rey de España como el Papa han ofrecido disculpas en otras ocasiones, no se les está pidiendo nada extraordinario, en aras de esa “reconciliación histórica” de la que habla el presidente no veo la gravedad de la solicitud; entiendo además que dicha reconciliación es simbólica dado que no estamos en conflicto actualmente con ellos y somos conscientes de que la hibridación cultural producto de esos procesos históricos ha dado como resultado una cultura diferente, riquísima, la nuestra. Me parece además que la iniciativa de empezar también a pedir perdón a los pueblos originarios -por parte del Gobierno Federal- por todos los agravios cometidos en su contra es algo a lo que se le está restando importancia y en el mensaje que dio el presidente es algo crucial y también lo dijo. Debemos empezar por nuestra casa, por nuestro país… este país que sigue tratando como “menos” a los integrantes de los pueblos originarios, que les sigue llamando “inditos”, a los que les regateamos el valor de su trabajo, a los que criticamos por atreverse a hacer cosas “diferentes” como actuar en una película y hacer bien las cosas.

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