■ Alma Dávila y Gabriela Pinedo acudieron a Jiménez del Teul
■ Opinan que la construcción destruirá 140 especies de flora y fauna, ya que se acabará con su hábitat natural
Las diputadas Alma Dávila y Gabriela Pinedo, tras acudir al municipio de Jiménez del Teul para reunirse con los ejidatarios afectados por las obras de la Presa de Milpillas, aseguraron que hay un rechazo generalizado al proyecto y exigieron al Gobierno estatal que rectifique el camino que ha seguido hasta ahora en la realización de esta obra.
En una conferencia de prensa, las legisladoras informaron que fueron a este lugar el pasado 22 de noviembre, encabezando una comisión conformada por auxiliares, investigadores de diferentes áreas y medios de comunicación.
Su visita comenzó con una reunión con la presidenta municipal de Jiménez del Teul y posteriormente se desplazaron al ejido Atotonilco, “hasta el cauce del río donde ya se han erigido los accesos para la construcción de la cortina de la presa”.
A esta zona precisaron que acudió personal de la procuraduría agraria y concluyeron que, para finalizar el recorrido, sostuvieron un encuentro con cerca de 300 personas entre ejidatarios y pequeños propietarios de Atotonilco, El Potrero y habitantes del municipio.
Entre las conclusiones que expusieron de esta visita refirieron que “el total de los asistentes a la reunión en el Ejido Atotonilco se manifestaron en contra de la obra y en contra de la manera en que han sido maltratados por las autoridades estatal y municipal para imponer el megaproyecto”.
Su temor, precisaron, es que “quede anulada (…) la ya de por sí insuficiente agua del río”, con las consecuencias que esto tendría para su economía.
Acusaron también a las autoridades de haber incumplido su tarea y, con ello, haber provocado “un ambiente de incertidumbre y descontento social por la falta de información real y su nula coordinación para el desarrollo” del proyecto.
Las diputadas aseguraron además que se desconoce el estudio de impacto ambiental que sustenta esta obra, pese a que “ya son visibles las consecuencias negativas que anda dejando a su paso”.
En este sentido advirtieron que, de acuerdo con los expertos, la construcción de la presa destruirá 140 especies de flora y fauna ya que se acabará con su hábitat natural.
Por todo esto, exigieron a la autoridad estatal y municipal que “respete la voz del pueblo y que se dirija a ellos teniendo siempre como prioridad salvaguardar su dignidad y bienestar”.
Por ello, llamaron al gobierno a “enderezar” el camino que ha seguido hasta ahora para que se construya una ruta de negociación real “y que no permita que continúen represalias y amenazas para quienes se han manifestado en contra de la construcción de la presa y en defensa legítima de su patrimonio”.
