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jueves, 28 marzo, 2024
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El pueblo de México a través del voto “recuperó su voz y su acción”: René Amaro

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Por: ALMA RÍOS •

“Vendrá el gran reto para Morena y AMLO a fin de responder a todas las expectativas”

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Dice que otro desafío es la consolidación del grupo que asumirá el gobierno; un sexenio es poco tiempo para marcar direcciones y derroteros que tenga un carácter social y popular

El pasado primero de julio el pueblo de México a través del voto “recuperó su voz y su acción” en castigo a la situación adversa para los sectores mayoritarios, que significaron los gobiernos del PRI y el PAN. El triunfo de la izquierda es histórico, pero vendrá el gran reto para Morena y Andrés Manuel López Obrador a fin de responder a todas las expectativas populares, dijo el historiador René Amaro Peñaflores.

La pasada jornada electoral, observó el docente investigador en la Unidad Académica de Historia de la UAZ, el pueblo demostró que había aprendido lecciones.

“Muchos sectores sociales y políticos temíamos que hubiera fraude, de hecho sabemos que estaba preparado, lo habían señalado analistas muy importantes. Sin embargo, pudo combatirse a partir de una votación masiva. El sistema no pudo efectuarlo debido a esa actitud del pueblo en torno al voto”.

El efecto López Obrador tiñó de guinda al país “y también la lucha popular auténtica”, pero vienen retos a los que habrá de responder, entre otros, los que representa la situación de los maestros de educación básica, las universidades en quiebra y sus problemas de jubilación y pensión, la propia pobreza que campea en México y la problemática de los indígenas.

Otro reto es la propia consolidación del grupo que asumirá el gobierno, pues un sexenio es poco tiempo para marcar direcciones y derroteros que tenga un carácter social y popular, dijo.

La incidencia del movimiento y del liderazgo de López Obrador “ahí está” pero deberá pasar a la siguiente etapa, la institucionalización, como ocurrió en Brasil, Venezuela y que está pendiente en Bolivia.

“Se necesita ver qué pasa, cómo consolidamos, cómo generamos desde abajo todo este cambio que permita ir estableciendo ciertas bases político-sociales que le permitan al proyecto de Morena salir adelante. Yo creo que es ahí donde tenemos muchas dudas, porque eso mismo ocurrió después del 88 con el PRD y ya sabemos cómo terminó”.

Los procesos históricos tienen su singularidad y especificidad, observó, “cada uno es diferente, sin embargo tenemos que ver que estas constantes históricas no se den para el caso de Morena”.

En esta coyuntura López Obrador ha aprovechado una serie de condiciones, “pero ciertamente la historia nos da cuenta de situaciones, desde el siglo 19 existe un sentido social en algunos gobernantes”.

“Sí hay herencias –históricas-“; en el terreno nacional durante el siglo 19, Juárez e Ignacio Ramírez por ejemplo, y localmente personajes como Trinidad García de la Cadena y Luis de la Rosa Oteiza.

En el siguiente siglo, “el gran legado de la democracia maderista”. Y en Zacatecas, Enrique Estrada entre 1916 y 1920, “un militar, pero que estaba representando el ala social, a los obreros, a los campesinos…”.

“El movimiento de López Obrador se siente heredero de todas estas luchas, del propio cardenismo, y de todas las luchas sociales que se dieron en la segunda mitad del siglo 20, los movimientos de los maestros, de los ferrocarrileros, de los campesinos, de los estudiantes hasta 1968”.

El morenista se inscribe como uno más de los eslabones históricos de una larga tradición política en el país. “Yo creo que la lucha de López Obrador, de Morena y del pueblo de México, “no concluye aquí”.

El próximo mandatario de México “se va a enfrentar a una estructura de capitalismo neoliberal que si bien tiene sus matices, se sigue alimentando del corporativismo y lo podemos ver no solamente en la derecha sino en la izquierda. Entonces hay que ver”, puntualizó.

El triunfo del tabasqueño y el Movimiento de Regeneración Nacional significan una coyuntura histórica muy importante para el pueblo de México, que puede verse como la culminación de una larga lucha de una corriente de pensamiento que se inscribe en la izquierda.

“Un tipo de izquierda” que cobró relevancia en el contexto de la derecha neoliberal, pero también se trata de una etapa más que puede abrir la posibilidad de un verdadero cambio que permita una mejoría y aun la sobrevivencia en este contexto social y político avasallador de derechos, conquistas y hasta libertades.

El triunfo de López Obrador se fincó en todo este contexto adverso que generó el PRI, pero también los gobiernos panistas de la alternancia que no lograron responder a las expectativas de un pueblo “que exigía cierta democracia”.

La estrategia de ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México fue articuladora de su herencia liberal de izquierda, pero también la de actores como el Partido Encuentro Social, el PT, y gente del PAN muy marcadamente de derecha como Gabriela Cuevas, Manuel Espino y la propia Tatiana Clouthier, “digo por lo que representaba su padre, ciertamente una ala muy liberal y democrática”.

“Le permitió cohesionar una ideología como la entiende Durkheim, pegamento social; le permitió y le dio sentido a su discurso”. Uno que tuvo características distintas el pasado primero de julio a las 11 de la noche ya como Presidente, moderado y cauto. Y el posterior ofrecido en el Zócalo de la Ciudad de México “para el pueblo, el pueblo auténtico, ese que se moviliza en torno y quiere escucharlo”.

René Amaro Peñaflores reiteró que la educación deberá ser uno de los elementos fundamentales del cambio de régimen.

Los maestros votaron por el nuevo proyecto social de López Obrador y contra la Reforma educativa, “eso es definitivo”. Pero también deberá atender al interés de la defensa de las universidades públicas de calidad como lo es la UAZ mediante un proyecto educativo “desde abajo y hasta el Conacyt. Yo creo que también es un elemento fundamental”.

Estos cambios deberán ser percibidos por la gente y buscar que los haga suyos, pues en esa medida se fincará el triunfo o la derrota “de este gran movimiento histórico desde la izquierda” que deviene de la lucha de personajes como Rubén Jaramillo, “el último zapatista”, y Heberto Castillo, etcétera.

“López Obrador ha venido tejiendo ese discurso que le va dando sentido a su planteamiento ideológico. Es una ideología con un sentido social, popular. Yo creo que popular, no populista. Pero por otro lado creo que no se puede quedar en el plano de las ideas, es una ideología que tiene que operar dialécticamente de abajo hacia arriba. En esa medida creo que además el pueblo mexicano sigue planteándose esta utopía, y ojalá que pueda tener resultados importantes”.

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