De acuerdo con el artículo primero fracción III de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, discriminar es toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o cualquier otro motivo. Los conceptos anteriores, aparte de ser muy descriptivos sobre las hipótesis que pueden encuadrarse en la figura de la discriminación, responden al mandato constitucional plasmado en el párrafo quinto del artículo primero que prohíbe toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Así, creo fundamental que en los diversos planteles se eduque a los jóvenes en el contexto de los derechos humanos fundamentales, también es necesario que los docentes reciban capacitación exhaustiva para que sepan qué hacer ante un caso de discriminación o bullying en efectación de un alumno, pues hasta hoy lo que prevalece es el silencio y la complicidad. En mi opinión, la discriminación en algunos casos está asociado con el bullying, conceptualizado por la Secretaría de Educación del Distrito Federal en su manual sobre Violencia y Maltrato entre Estudiantes, como el maltrato, intimidación y amedrentamiento que un individuo o grupo de personas, ocasionan intencionalmente a otra (s) dentro del ámbito escolar o fuera de él, la característica esencial es que se produce entre compañeros de la comunidad educativa, en este sentido, debe haber una víctima indefensa, desigualdad de poder por el desequilibrio de fuerzas entre el más débil con el más fuerte y la gresión debe repetirse a lo largo del tiempo. Una vez conceptualizadas estas conductas humanas, relato lo acontecido a un estudiante de secundaria en días recientes, se trata de un joven de 13 años -cuyo nombre omito en virtud de que estamos formulando la queja respectiva ante la CONAPRED y la Comisión de Derechos Humanos de Zacatecas- que cursa la educación secundaria y, ya desde la primaria, es atacado constantemente por otros jóvenes que lo amedrentan gracias a su calidad de pertenecer a la étnia huichola o wixárika; lamentablemente, estos muchachos cursaron con él la primaria y ahora coinciden en la secundaria; de tal suerte, a los jóvenes se les ocurrió que todo el salón golpeara al alumno huichol mientras que otros filmaban con un celular la proeza para poder subirla al facebook y obtener fama. Al joven estudiante le propinaron una golpiza y lo grabaron mientras era agredido, sin embargo, el video fue borrado del feis y las autoridades de la Secundaria han dejado todo al olvido. Al respecto debemos cuestionarnos ¿Qué hace la Secretaría de Educación Pública en materia de discriminación y bullying? ¿Los maestros de educación básica están capacitados para asesorar y enfrentar este tipo de conductas? Si es así, debemos pensar que los directivos y maestros están omitiendo información y están generando un severo daño a la integridad física y mental del estudiante wixárika, además, están siendo cómplices de los vándalos que no han encontrado orientación y sanción a sus despreciables conductas y, tal vez un día, estarán participando en este circo del terror que tenemos en Zacatecas. En este contexto me pregunto: ¿Qué debemos esperar para que las autoridades actúen? ¿Será necesario que el estudiante se suicide? ¿Es preferible que la víctima deserte de sus aspiraciones educativas? ¿Será mejor cerrar los ojos ante la discriminación y el bullying? En los próximos días estaremos actuando conforme a derecho, pondremos la denuncia y la queja ante las instancia ya mencionadas, para evitar desde la Ley, que el maltrato y la discriminación sigan predominando en los templos del saber en donde contrario a formar hombres y mujeres de bien, se está solapando a los futuros delincuentes en potencia y se están arraigando traumas existenciales en las víctimas ante la ineficacia de las autoridades educativas. Si no sale en el feis, no cuenta. ν
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
