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miércoles, 24 abril, 2024
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La práctica, la experiencia y la pasión, hacen al Maestro

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Por: José Luis Guerrero Álvarez •

La Gualdra 294 / Educación

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El trabajo docente es una maravillosa experiencia, permite compartir, permite dar. Lo más grandioso es observar los rostros de los niños asombrados por lo que están aprendiendo, observando y escuchando al maestro cuando con pasión imparte su clase, sus expresiones son lo más significativo para sentir la interacción entre este binomio educativo, los estudiantes observan cada gesticulación del docente, su exposición, imaginan cada pasaje como si fuera una película que proyectan en su pensamiento, que procesan en su intelecto y que disfrutan el proceso. Con jóvenes y adultos las dinámicas son parecidas, el ingrediente principal de un buen docente es su acervo, su técnica y su pasión.

El maestro de vocación es capaz de transformar una vida y de transformarla para bien, su materia prima son seres humanos, es un guía, debe de ser un ejemplo a seguir. Durante tiempos difíciles para la educación en nuestro país, muchos maestros dieron su vida por lograr educar a sus niños, sólo por no compartir su ideología con la establecida por el gobierno y la iglesia, fueron acusados de comunistas y fusilados o torturados cruelmente y para ejemplo de nuestro Zacatecas tenemos el caso de la maestra María R. Murillo, quien en 1935 fue ejecutada por considerarla opositora a las posturas religiosas del momento, lo cual la llevó a sufrir una de las más cobardes ejecuciones de que se tenga memoria en la historia de la educación en México. Fueron asesinados en esa época más de 200 maestros cuya falta era impartir educación socialista y ello significaba despertar pensamientos críticos que incomodaban a las élites oficiales y religiosas.

Placa a la profesora María R. Murrillo. Foto del blog Unión del Barrio

¿Cuántos maestros han muerto en estos tiempos por causas similares?, no estar de acuerdo con los procedimientos por demás injustos y de persecución por parte del Estado, ha sido el pecado. ¿Cuántos de ellos eran maestros capaces, apasionados, entregados a sus ideales y a su labor de enseñanza?, ¿quién puso sobre la mesa la estupidez de que la situación educativa del país estaba desmoronándose por culpa de los maestros?

Para mejorar nuestro sistema educativo, el Estado debe comenzar por erradicar la corrupción en las altas esferas, el influyentismo y los conflictos de interés; de nadie es extraño que debe de llover de arriba hacia abajo y no al contrario, entonces, ¿por qué no permea el agua hasta donde más se requiere, por qué se queda hasta media pirámide?

Efectivamente, no podemos deslindarnos de todo los maestros, puesto que en nuestras manos están los estudiantes, pero nos debemos a una cúpula organizativa que lleva toda la responsabilidad, aunque muchos docentes hacemos caso omiso a las exigencias de la SEP, nos vemos presionados por las autoridades correspondientes (directivos, supervisores, jefes de región y otros agregados). La investigación y la lectura es uno de los principales huecos que urge llenar; no puede ser que en las escuelas normales no aparezcan alternos, talleres de investigación y círculos de lectura en donde fluyan los ensayos literarios como una actividad natural; si lo que se busca es el alto nivel educativo, los elementos de los que se carece, son justamente los antes mencionados, sumados a una dosis importante de cultura general y arte. Quienes han logrado mejor preparación la han adquirido a través de especialidades, maestrías y doctorados.

Las escuelas normales requieren de una reestructuración de fondo, muchos años han estado sin cambios significativos, partiendo desde la época Vasconcelista. El nuevo modelo educativo incorpora actividades de lectura y cultura en las normales, para luego trasladarlas a educación primaria, en donde no se sabe nada de educación artística desde hace décadas; a pesar de llevar libro de texto, falta quién los sepa aprovechar. Se plantea un periodo de capacitación en artes visuales, danza, música y teatro, así como actividades relacionadas con la lectura, dotando de libros las bibliotecas existentes, acción que no es nueva, pero no ha sido efectiva; se conectará a los docentes y a alumnos a cursos en línea para complementar la capacitación, cuando esto tome curso, se acabó el sexenio. La cereza en el pastel es la creación de una orquesta sinfónica compuesta por adolescentes y un coro nacional de educación básica.

Algo hay seguro: existen miles de maestros que sin apoyos, sin capacitación, con exigencia institucional, han demostrado ser de aquéllos que inspiran, que construyen, que se apasionan y causan asombro en los alumnos, seguramente si estás leyendo este texto, tuviste un maestro con éstas características. ¡Felicidades a los maestros que ejercen con pasión su trabajo!

 

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