El espacio público es lugar de encuentro social, de contacto, reunión y expresión comunitaria. Según su infraestructura puede ser un sitio de recreación y sana convivencia donde germina la vida comunitaria, o un lugar propicio para el fomento de conductas de riesgo. Idealmente el espacio público es un lugar cuyas características permiten la convivencia, la diversión, la interacción, el desarrollo de actividades culturales, deportivas y/o artísticas, y en donde se fortalece la identidad. Sin embargo, en la actualidad existen espacios públicos en México que se encuentran en mal estado, y sus condiciones han hecho de estos lugares inseguros y propicios para la delincuencia. De ahí la importancia de políticas públicas efectivas que estén dirigidas a la recuperación de los espacios públicos, con la finalidad de rescatarlos y devolvérselos a la comunidad para su uso y disfrute.
El mejoramiento físico de los espacios se hace generalmente a través de la mejora del alumbrado público, de las banquetas, guarniciones, mobiliario urbano y otras obras que permitan su funcionamiento y buen uso por parte de la población en general, sin embargo de poco serviría un espacio público en buenas condiciones, si éste no es frecuentado y utilizado por la gente. La participación comunitaria es sumamente importante para la creación de lazos sociales y para el fortalecimiento de la cohesión social. Las actividades realizadas en los espacios públicos que promueven la organización y la participación de los habitantes son finalmente las que generan vida social y comunitaria. La garantía de éxito de los espacios públicos y de su apropiación social, se encuentra en impulsar acciones que fomentan la organización social y la seguridad comunitaria, la prevención de conductas de riesgo, la violencia, y que promueven relaciones equitativas entre mujeres y hombres. De esta manera se inician procesos de activación y apropiación del espacio público, se forman comunidades participativas que coadyuvan no sólo en la promoción de actividades y en el cuidado del espacio público, sino en la construcción de redes sociales que fortalecen la cohesión social.
Se trata de que las personas que usan los espacios públicos, que en su mayoría suelen ser los vecinos, desarrollen un sentido de pertenencia a un lugar común, que tengan como objetivo el uso adecuado del tiempo libre y el desarrollo de actividades en beneficio de la salud y la creatividad.
La responsabilidad del cuidado de nuestros espacios públicos es compartida, no depende únicamente de las políticas públicas dirigidas a su rescate y rehabilitación, sino de nosotros mismo, del cuidado y uso que hagamos de ellos. Tener espacios públicos adecuados permitirá fortalecernos individual y colectivamente, construir comunidad y evitar conductas de riesgo, y ello requiere de un esfuerzo gubernamental y ciudadano.
