Veo nevar en la ciudad
mi tío Román se está muriendo
la penumbra en lo blanquecino
de la habitación hospitalaria
contiene su cuerpo
su respirar es apenas audible
él era uno de mis padres sustitutos
no, jamás secó una lágrima mía
jamás tendió una mano en mis flaquezas
no me dijo los hombres no lloran no se quiebran
su tarea fue templar mi espíritu
como en la fragua se templa el acero
él estuvo ahí ahora yo estoy aquí
cuando se abre el abismo y se
apagan las luces
ahora sé el que el camina, camina
mientras nieva en la ciudad.
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