El hidrógeno es el elemento más abundante en las estrellas, pero en la Tierra prácticamente no existe en forma molecular (). En la atmósfera solo se encuentran trazas (0.00005 %). Por ser tan ligero se eleva en la atmosfera, reside en la ionosfera y ocasionalmente escapa hacia el espacio exterior.
La combustión del hidrogeno produce 141.9 KJ de energía por kg -entre 3 y 3.2 veces más energía que las gasolinas y gas natural- y es más benévolo con el medio ambiente, puesto que durante su combustión al reaccionar con el oxígeno del aire produce agua en forma de vapor.
La mitad de la producción de hidrogeno se utiliza en la industria petrolera, en el cracking del petróleo, proceso en el cual se convierten en gasolinas, hidrocarburos de cadenas largas (que contiene el petróleo sin refinar). Una proporción igual la demanda la producción de amoniaco para producir fertilizantes, sin los cuales la naturaleza ya no alcanzaría a proveer de alimentos a toda la población mundial.
Un potencial uso es como combustible para automóviles de combustión interna. Honda, Daimler, Ford Motor Company, General Motors, Hyundai, Kia Motors, Renault, Nissan y Toyota están desarrollando proyectos relacionados con los vehículos de hidrógeno. Se supone que es una tecnología parecida a la de los motores de gas, pero hay muchos problemas técnicos sin resolver.
El hidrogeno se puede producir a partir de diferentes materiales y por diferentes métodos. Dependiendo del origen hay todo un espectro de clasificación del hidrógeno por colores. El hidrogeno negro se produce por gasificación de carbón, pero por cada kg de hidrogeno se producen 20 kg de ; de ahí la denominación, negro, porque no es nada verde. El hidrogeno gris se produce a partir de gas natural, preferentemente metano, por reformado de con vapor de agua, pero se producen 9 kg de por kg de el . El hidrógeno azul se obtiene por reformado de gas metano, de manera semejante al gris, pero con un sistema de captura de . El hidrógeno rosa se puede producir con la electricidad sobrante de las plantas nucleares. El hidrógeno verde se obtiene por electrolisis del agua, pero se necesitan cantidades enormes de electricidad. Se considera que el hidrógeno verde no libera , pero dado que el 60.6% de la electricidad del mundo se produce mediante combustibles fósiles –el 35.4% mediante carbón y el 22.5 % mediante gas natural- en la producción de electricidad para producción de hidrógeno verde, indudablemente se generan emisiones de . O sea que ni el hidrogeno verde es verde, es verde-obscuro. Sería verde si se produjera mediante fuentes limpias – hidráulica, eólica, solar y nuclear. Recientemente se habla del hidrógeno blanco que se formó en forma natural de manera semejante al gas natural y no necesita proceso de producción; ese si es verde. En Francia, Australia, Estados Unido y Mali, se dice, hay de yacimientos de hidrógeno blanco.
El hidrógeno no se considera como un energético, sino como un vector energético que permite almacenar energía para su uso industrial como materia prima y eventualmente como energético. Pero, aunque potencialmente puede utilizarse como energético, producirlo es un reto tecnológico enorme y a un costo muy elevado. En la Unión Europea los eventuales productores de hidrogeno están a la espera de subvenciones para enrolarse en la industria. Es decir, el mercado del hidrógeno como energético aún no está a la vuelta de la esquina.
En cada etapa de conversión de energía para la producción del hidrogeno hay perdidas de eficiencia. Primero, en la producción de electricidad hay perdidas del orden del 60 % o más de la energía, luego, si se va obtener hidrógeno por electrolisis la eficiencia es el 30%. El proceso más eficiente de obtención de electricidad es mediante las llamadas celdas de combustible que aún están en desarrollo (59%). Pero si posteriormente, si se va a usar el hidrógeno como combustible, volverá a haber perdidas.
Por otro lado, el hidrogeno tiene que licuarse y no está resuelto el problema de fugas, ni del transporte, ni de la producción misma.
En síntesis hay varios problemas en torno al , uno producirlo, otro transportarlo o almacenarlo y otro comercializarlo.
Pero en los medios hay muchos artículos presentándolos como la panacea. En marzo en el Periódico de la Energía se publicó una nota donde decía que un grupo de investigadores australianos habían logrado producir hidrógeno a partir del agua de mar por electrolisis con una eficiencia cercana al 100%, pero en la literatura científica se asegura que la electrolisis es el procedimiento más caro y menos eficiente de producir hidrogeno. A no creer mientras esa noticia no sea publicada en una revista científica o el método no sea patentado.
En un artículo publicado en la revista Global Energy se presenta las proyecciones de la compañía alemana Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) que dicen que México podría instalar 22 Tera Watt de capacidad de electrolisis y producir hasta 1400 millones de toneladas de hidrógeno para el 2050, con un costo nivelado (¿) de 1.4 dólares por kg de mediante energía fotovoltaica y hasta 1.8 dólares/kg de por energía eólica.
Iberdrola también la hace promoción al potencial de producción de hidrogeno en México “que México tiene un potencial enorme…. que puede generar hasta 3 millones de empleos…
¿Cuál es entonces el interés de GIZ e Iberdrola de promover la producción de hidrógeno en México? A priori, podría decirse que se trata de presionar al gobierno o ilusionar a inversores, a enrolarse en una empresa con un futuro tan incierto que en la misma Unión Europea todavía no se confía.