■ Nueva Izquierda se consolida como la corriente más importante de la entidad en el Sol Azteca
■ La secretaría general fue para María Lourdes Delgadillo, del grupo Identifícate, filial de IDN
Quedaron atrás las sesiones maratónicas y a puerta cerrada donde el Consejo Estatal del PRD elegía a sus dirigentes. En menos de cinco minutos por mayoría de 86 de 105 votos Arturo Ortiz Méndez (candidato único) fue electo presidente del Sol Azteca (2014-2017), con ello la corriente política de Carlos Navarrete y los chuchos, Nueva Izquierda se posiciona como la más importante en Zacatecas.
La secretaría general se le otorgó a María Lourdes Delgadillo, del grupo Identifícate, filial de Izquierda Democrática Nacional (IDN) cuyo líder es René Bejarano. Los nueve miembros de la Unidad Democrática Nacional (Udena) con derecho a voto se abstuvieron.
Según reprochó su dirigente José Narro fue porque Udena es la segunda fuerza política del PRD zacatecano, pero no se les respetó su lugar, lo cual dijo, significa que no hay unidad. Comentario que contrasta con el discurso que dio Ortiz en su toma de protesta. Sin embargo, Narro y su gente únicamente decidieron abstenerse porque si lo hacían en contra, “el deterioro del partido es tan grave, que se deben mandar otro tipo de señales al exterior”, dijo. Hubo un sufragio en contra.
Carlos Pinto (ex procurador y secretario general en el sexenio de Amalia García) fue el encargado de dirigir la sesión plenaria ordinaria del noveno Consejo Nacional, la cual se caracterizó por la ausencia de debate, aunque según el ahora presidente, se “invirtieron 100 horas” de reflexión de manera interna y previa.
Algunos gritos de “unidad” se escucharon cuando el líder saliente, Gerardo Espinoza levantó la mano a su sucesor, pero la emoción de algunos no logró permear en la mayoría de los asistentes, los aplausos estuvieron dispersos y no fueron unánimes en la sede del partido donde fue la votación.
“Ya se me perdió una hoja de mi discurso” dijo Ortiz Méndez cuando leía su pronunciamiento, y acto seguido entregó a Carlos Pinto su declaración patrimonial, como una muestra, comentó, de transparentar su gestión. Además presentó su examen antidoping y su carta de no antecedentes penales. El acto se leyó como una señal de buscar legitimarse ante una crisis de calidad moral por la que atraviesan algunos perredistas a nivel nacional.
Ortiz Méndez ignoró el conflicto que su partido vive por los hechos acontecidos en Guerrero ante la desaparición de 43 normalistas, en un estado gobernado por el Sol Azteca y que los propios perredistas han admitido les ha impactado de manera negativa. Tampoco habló de la posibilidad de alianzas con las otras izquierdas o el propio PAN para las próximas elecciones, ni aludió al PRI, gobierno estatal o federal.
Por contrario hizo reminiscencia al auge del partido en los sexenios de Ricardo Monreal y Amalia García, pero ahora, a cuatro años de haber perdido la gubernatura reconoció que el PRD tiene déficit de capacidad de formación, gestión y vinculación con otros sectores de la sociedad y su reto será construir una nueva alternativa desde el partido que creyó, es el más importante de la izquierda.
Agregó también que su elección es muestra de un evento “democrático de trascendencia”. A la sesión acudieron y votaron más de 90 por ciento de los consejeros electos y otros que son de facto. En la lista de éstos últimos, alcaldes con el mayor número de votación, el coordinador de los diputados locales, ex presidentes de partido y en su caso lo habrían podido hacer diputados federales y senadores.
De aquellas sesiones en la historia reciente del PRD donde los asistentes discutían, llegó haber ocasiones en que se prolongaban hasta la madrugada, había más de una planilla de candidatos y los asistentes se uniformaban con ropa amarilla, ya muy poco quedó.