En el cuarto día de actividades del Coloquio “Toma de Zacatecas: causas y consecuencias de una batalla”, celebrado en la sala Elías Amador de la biblioteca de la Crónica del Estado, en el Palacio de Gobierno, el historiador Marcelino Cuesta Alonso impartió la conferencia magistral “La División del Norte y los preparativos de la marcha sobre Zacatecas”, en la que detalló que el éxito de la División del Norte provino de una estructura militar moderna, organizada y que no daba paso a la improvisación.
Contrastó lo anterior con el mito o la imagen romántica del revolucionario impulsivo a caballo.
La División del Norte surgió de hombres nacidos en condiciones extremas —explicó Cuesta Alonso—: ganaderos acostumbrados al clima hostil y al combate contra apaches, campesinos despojados y obreros explotados bajo el modelo económico porfirista. Su cohesión fue posible gracias al liderazgo carismático de Francisco Villa y al genio táctico de Felipe Ángeles, quien dotó al ejército de rigor estratégico, artillería precisa y planeación logística.
El historiador describió a detalle la composición del ejército villista: caballería veloz, infantería experimentada, artillería moderna y una estructura de apoyo basada en el uso intensivo del ferrocarril. Las armas de retrocarga como los fusiles Mauser, ametralladoras y cañones de ánima rayada (con estrías helicoidales que hacen girar el proyectil al salir y mejora su precisión).
La moral de la tropa se mantenía alta con trenes hospital, talleres de reparación y suministros constantes.
Felipe Ángeles, que era muy meticuloso, siempre reconocía el terreno antes de iniciar el combate y ordenaba abrir fuego únicamente cuando sabía que el objetivo estaba perfectamente localizado, detalló el académico. Por su parte, Maclovio Herrera era experto en el arte del flanqueo, ”de rodear al enemigo para desmoralizarle y cortar la retaguardia”.
El mundo va a volver a ver hacia México y hacia Pancho Villa, en noviembre de 1913 con la toma de Ciudad Juárez, que además permitió abrir la frontera para el ingreso de armas, recursos y víveres. En marzo de 1914, en Torreón, enfrentaron combates casa por casa, con más de 3 mil 500 muertos, y obtuvieron un triunfo estratégico. Le siguió la victoria en San Pedro de las Colonias, tras la cual Villa decidió no dar tregua al enemigo, impidiendo que el general José Refugio Velasco reorganizara a las tropas federales.
Cuando Venustiano Carranza intentó frenar el avance de Villa hacia Zacatecas —primero ordenándole tomar Saltillo y luego cediendo la plaza a Pánfilo Natera—, Villa desobedeció, respaldado por sus generales. El 22 de junio de 1914 llegó con 25 trenes a Calera; el 23 completó el cerco y el 24 se consumó la victoria.
A raíz de una intervención de una asistente que describió que después de un siglo Zacatecas sigue sin recuperarse de esa cruenta batalla y del saqueo sistemático posterior (vía ferrocarril), el ponente respondió que “En la guerra todos pierden” y contextualizó la batalla en un escenario global marcado por el inicio de la Primera Guerra Mundial, señalando que Estados Unidos temía que los minerales mexicanos cayeran en manos alemanas.
Cuesta Alonso añadió que Zacatecas sigue siendo explotada por su oro y plata por capitales extranjeros, sin haber desarrollado la capacidad de aprovechar sus propios recursos ni de retener a los jóvenes que migran. “Esa es otra riqueza que se pierde”, lamentó.