El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, una fecha que tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger el medio ambiente y promover una mayor participación en las iniciativas globales para su conservación. Este día resalta la necesidad de educar a las personas sobre cómo sus acciones impactan el entorno natural, con el fin de fomentar sociedades sostenibles y responsables.
La educación ambiental es esencial para que las personas comprendan la importancia de respetar y cuidar el medio ambiente. En un contexto donde los daños en el ecosistema son cada vez más graves, como el cambio climático, la deforestación, la contaminación del aire y agua, y la pérdida de biodiversidad, las necesidades de concienciar sobre estos problemas son urgentes.
El planeta enfrenta amenazas que ponen en riesgo su equilibrio. El cambio climático está provocando fenómenos extremos como inundaciones, sequías e incendios forestales, mientras que la tala indiscriminada y la destrucción de hábitats naturales aceleran la extinción de especies. Estos problemas requieren una acción inmediata y coordinada para revertir los daños y evitar un futuro más devastador para las generaciones venideras.
La educación ambiental tiene como propósito educar a las personas, no solo en la identificación de los problemas, sino también en la adopción de conductas que favorezcan la sostenibilidad. Es fundamental entender que los recursos naturales del planeta son limitados y que, a medida que continuamos explotándolos de manera irresponsable, corremos el riesgo de agotar los ecosistemas que los sostienen.
La historia de la conmemoración del Día Mundial de la Educación Ambiental tiene sus raíces en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo en 1972. En este evento se destacó la importancia de la educación como herramienta para generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Fue allí donde se proclamó el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente, y en ese marco, se subrayó la necesidad de promover una educación ambiental global.
Sin embargo, fue en 1975, durante el Seminario Internacional de Educación Ambiental en Belgrado, donde se estableció el 26 de enero como la fecha oficial para conmemorar esta efeméride. En este seminario, se adoptó la Carta de Belgrado, un documento fundamental para la educación ambiental a nivel internacional. Esta carta delineó metas y principios que guiarían los esfuerzos educativos hacia la creación de una conciencia ecológica global.
El Día Mundial de la Educación Ambiental no solo busca recordar estos antecedentes históricos, sino también alentar a las personas y comunidades a participar activamente en la preservación del planeta. Es una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones diarias en el medio ambiente y para promover cambios que conduzcan a un futuro más sostenible.
En este sentido, los esfuerzos por proteger el planeta también están vinculados directamente con la salud humana. Según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el 24 por ciento de los fallecimientos a nivel mundial y el 28 por ciento de los fallecimientos en niños menores de 5 años están relacionados con factores ambientales que se pueden modificar.
Actualmente, se ha traspasado varias «fronteras planetarias» que limitan la capacidad de la Tierra para autorregenerarse frente a alteraciones. Estos incluyen el cambio climático, la integridad de la biosfera, el ciclo del nitrógeno, entre otros. Solo dos fronteras permanecen intactas: la acidificación de los océanos y la destrucción de la capa de ozono. Este escenario refleja la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger el planeta, no solo por el bien del medio ambiente, sino también por el bienestar de las futuras generaciones.