No es nuevo que al final de cada año la rectoría de la UAZ no ajuste para pagar sus obligaciones contractuales. En 2015, sin embargo, la situación fue un poco diferente por muchos motivos, pero el principal, la razón de la retención del subsidio federal del mes de enero fue, según la rectoría, que no se cumplió con los requisitos de la contabilidad gubernamental. Por eso fue necesario hacer uso del dinero depositado en una cuenta que, al momento del levantamiento de la huelga de 2015, fue depositado ahí con el fin de cubrir la seguridad social. Son dos fallas las que quedan de manifiesto aquí. La primera, de la rectoría, porque sabía desde tiempo atrás que la contabilidad gubernamental sería obligatoria para comenzar a poner orden en la contabilidad universitaria. La segunda, de la dirigencia del SPAUAZ, que no pudo evitar que el dinero de la cuenta fuese utilizado sin el consentimiento de los agremiados. Una vez que se tuvo el subsidio de enero de 2015 se pagaron las primas de antigüedad adeudadas desde septiembre y se depositó de nuevo el dinero que se tomó de la cuenta. Quedaron adeudos que representan la mitad de lo demandado. También se informó que ya no será necesario hacer huelgas para que la rectoría deposite en cuentas el dinero de la seguridad social porque se enterará, a partir de 2016, directamente al ISSSTE de esos dineros, lo que hace que el crecimiento de la deuda por seguridad social tenga por tope el año de 2016. De cómo se pagará la deuda previa se informará, quizás, en días subsecuentes. De lo anterior se derivó una mala noticia: habrá dinero para pagar los salarios pero no para todas las prestaciones, y se ofertó a la dirigencia del SPAUAZ la posibilidad de escoger cuáles de entre ellas deberán pagarse y cuales no. Hasta aquí todo es coherente con lo que el rector ha venido diciendo desde años atrás: si se paga la seguridad social no hay dinero para cubrir todas las obligaciones contractuales. Así que si ya se pagará por obligación la seguridad social, la consecuencia es obvia. De lo anterior queda claro que se pagó con subsidio del año 2016, y que los apoyos para –digámoslo así- cerrar 2015 no han llegado. Como parte de la reiterada letanía de la rectoría se suele añadir el dato de que existen más plazas ejercidas que autorizadas en el convenio de apoyo financiero de la SEP, algo que tanto rectores como secretarios generales del SPAUAZ han sabido por años, y aún sabiéndolo lo han reducido a dato inútil porque han contratado con singular intensidad en los últimos años –digamos que desde el rector Domínguez Garay-. Lo relevante del asunto no reside en que se diga que no se ajusta, eso ya se sabe –y también se sabe por qué-, ni que se oferte a la dirigencia del SPAUAZ ser participe de la mutilación de derechos de los agremiados –eso es práctica cotidiana desde hace al menos 10 años- sino que se diga al aire. Un sindicato está conformado por el orden jurídico que sus agremiados se han dado y han estipulado en sus Estatutos. Las dirigencias sindicales son parte del sindicato, pero no son el sindicato. El objetivo de esas dirigencias es llevar a buen fin el objetivo básico de la organización, que es el mejoramiento en las condiciones laborales de sus agremiados mediante la conquista de nuevos derechos y la defensa de los ya adquiridos. Es claro entonces que, teniendo estos objetivos en mente, es manifiestamente un despropósito solicitarle a la dirigencia del SPAUAZ que “elija” que derechos conculcar. Si la dirigencia acepta siquiera discutir eso muestra su total enajenación respecto del trabajo que se les ha encomendado. Ahora bien, hemos ya mencionado que conculcar derechos es práctica cotidiana de las dirigencias sindicales que han estado en el SPAUAZ durante los últimos 10 años. Y es fácil de comprobar esto: 1.- durante la gestión de Francisco Román Gutiérrez se violó masivamente el derecho de los agremiados a incrementarse haciendo un “proceso extraordinario de basificación” para personal sin base , 2.- durante la gestión de Sergio Delgado se utilizaron los recursos del SPAUAZ –y en ello le fue la vida a un agremiado del STUAZ- para apoyar a candidatos del PT, 3.- durante la gestión de Antonio Guzmán Fernández, en complicidad con el rector Domínguez Garay, se comenzó a utilizar las cuotas de seguridad social para pagar salarios y prestaciones, debido a la ingente cantidad de contrataciones que hicieron. Todos estos secretarios generales pertenecían a una misma corriente política de la UAZ, y todos se postraron a la rectoría. El origen de la debilidad del SPAUAZ y de muchos de los problemas de la UAZ está, por supuesto, en el ambiente económico global, pero también en la subordinación a la rectoría a la que ha obligado el Grupo Universidad al SPAUAZ durante tantos años. Por supuesto los voceros del Grupo Universidad exculpan al Grupo de todo mal y alegan que es, por el contrario la salvación de la universidad. Lo inquietante, de nuevo, es que aunque no les creen, muchos votaran por ellos. ■