Las Sociedades Financieras Populares (Sofipos) juegan un papel crucial en el ecosistema financiero de México, proporcionando servicios financieros a segmentos de la población que tradicionalmente han sido desatendidos por las instituciones financieras convencionales.
Su importancia radica en su capacidad para ofrecer servicios financieros accesibles y personalizados, especialmente en áreas rurales y comunidades con menos acceso a la banca tradicional.
Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), las Sofipo, son “sociedades con fines de lucro que tienen por objeto promover la captación de recurso, así como colocarlos mediante préstamos o créditos al público en general”. Constituidas como Sociedad Anónima de Capital Variable.
Las Sofipos están sujetas a la regulación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Estas entidades se encargan de supervisar el cumplimiento de las normativas establecidas, asegurando que las Sofipos operen de manera transparente y en conformidad con las leyes.
Entre las leyes que regulan estas instituciones se encuentran la Ley de Ahorro y Crédito Popular, la Ley General de Sociedades Mercantiles y la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros. La regulación asegura que las operaciones de las Sofipos sean justas y seguras para los usuarios.
La Condusef recomienda verificar que una Sofipo esté registrada en el Padrón de Entidades Supervisadas por la CNBV y en el Sistema de Registro de Prestadores Financieros (Sipres) antes de realizar cualquier ahorro en dicha institución. Incluso en caso de que una Sofipo no proporcione la información solicitada o se niegue a devolver los ahorros, se recomienda acudir a la comisión para recibir asistencia y orientación. Adicionalmente, si se trata de una sociedad no autorizada, la autoridad judicial estará disponible para ofrecer protección y resolver la situación.
Estas sociedades financieras populares operan en cuatro niveles de acuerdo con su monto de activos totales.
Las del Nivel I (igual o inferiores a 15 millones de UDIS) pueden recibir depósitos, otorgar préstamos, operar tarjetas de débito, invertir en valores, y realizar diversas transacciones financieras básicas.
Las del Nivel II (superiores a 15 millones de UDIS e iguales o inferiores a 50 millones) pueden, además, realizar factoraje financiero, ofrecer servicios de caja de seguridad, y manejar abonos y descuentos en nómina.
En el Nivel III (superiores a 50 millones de UDIS e iguales o inferiores a 280 millones), además de las operaciones del nivel 1 y 2, se les autoriza celebrar contratos de arrendamiento financiero, prestar servicios de caja y tesorería, y actuar como fiduciarias en fideicomisos de garantía.
Finalmente, las del Nivel IV (superiores a 280 millones de UDIS) además de todas las operaciones anteriores, pueden emitir títulos de crédito, asumir obligaciones por cuenta de terceros, expedir tarjetas de crédito, y realizar inversiones en acciones de fondos para el retiro, entre otras operaciones avanzadas.
En México, actualmente existen 36 Sofipos autorizadas en operación y 2 autorizadas sin operar. Entre ellas se encuentran: Financiera Monte de Piedad, Financiera Mexicana para el Desarrollo Rural, Nu México Financiera, Opciones Empresariales del Noreste, Acción y Evolución, Administradora de Caja Bienestar, etc.
En Zacatecas específicamente según la Condusef, se encuentra la Consejo de Asistencia al Micro Emprendedor (CAME) de nivel III, Crediclub de nivel I y Libertad Servicios Financieros de nivel IV.