Historia y Poder
A Lupita Merchant, por su hermoso cumpleaños este 24 de diciembre
De siempre y de fama que la ciudad de Zacatecas y sus municipios mineros fueran modelo para la Nueva España y para muchos países del continente que ansiaban la prosperidad a costa de lo que fuere.
Los ricos terratenientes mineros sabían que sus riquezas provenían también de atentar continuamente en contra de la voluntad humana de tener algún decoro, solidaridad y ayuda mutua en donde las víctimas del destino eran los mártires en las minas, el sufrimiento de muchos, la indiferencia ante el dolor, el luto, el desastre.
El pueblo minero, sus grandes gremios organizados supieron cómo enfrentar las osadías y los continuos vaivenes que la historia de la humanidad les daba en bandeja de plata ya para poner el ejemplo, que si ellos rezaban el pueblo entero rezaba, que si ellos hacían fiesta, a todos les tocaba, que si había pleito entre sus azogueros, barreteros o malacateros, habían entonces tensión e intriga, crueldad y puños cerrados, de ahí la influencia de ellos sobre el resto de los oficios internados en la gran economía zacatecana importadora de los grandes productos mundiales.
Ok. Va. De acuerdo. Zacatecas a través de los siglos ha tenido verdugos que hicieron fama por sus negras hazañas.
Brillantes proezas en el diccionario infernal de la tortura, la desaparición de personas, del destierro y del amago a sus líderes valientes, hicieron un manual que hoy las clases dirigentes siguen al pie de la letra pero con una sofisticación que los rebasa a ser títeres de un gobierno nacional espurio que no sabe cómo aplacar los demonios que desató por su impudicia y falta de tacto.
Presidios y hambrunas, enfermedades y promesas, yo pude ver en los magníficos archivos zacatecanos de primera mano a cuánto ascendía el dolor que vivieron los más pobres entre los pobres y en cuya memoria aun reposa el ánimo de justicia a sus justas generaciones que siguen similares catástrofes y peores condiciones en donde el luto inunda, deprime, angustia.
También vi el honor de muchos médicos y maestros, sindicalistas y estudiantes, sacerdotes y poetas que preocupados por la barbarie, hicieron a su modo un pacto con los demás sectores para abatir el sufrimiento colectivo sin darle tregua a la vanidad y el porte de la envidia, el miedo y el terror de ser víctimas nuevamente de la maldita indiferencia.
Hoy Zacatecas tiene la mala imagen nacional y mundial que no se merece pese a sus gravísimos pecados de la injusticia social permanente en donde los lobos en manada aúllan presagiando nuevas cacerías de presas inocentes que temerosas cancelan la esperanza y se resguardan en sus casas temiendo las fatales noticias de navidades canceladas y advenimientos futuros.
Ni modo.
Enferma la esperanza, el ejemplo de los antiguos mineros zacatecanos, es hoy vital para el punto de encaje, el ritual de la venganza, el imperio del orden por sobre todas las cosas. Aleluya. ■