La Alianza Nacional “Un Millón de Esperanzas”, conformada por más de 170 asociaciones civiles y organizaciones independientes que trabajan por los derechos de los animales, advierte que la reciente reforma en materia de protección y cuidado animal no tendrá beneficios e incluso podría ser perjudicial al abrir puertas a prácticas de explotación y maltrato encubiertas.
“Estamos preocupados porque es un paso que dejaría abierto el camino, por ejemplo, a peleas de perros, criaderos de traspatio, regreso de animales a los circos, etc.”, indica Guillermo Ruiz, activista de Conciencia Animal Zacatecas. Entre los principales señalamientos, destaca que la reforma carece de un reconocimiento explícito de los animales como seres sintientes, perpetuando su cosificación y limitando su protección como sujetos de derechos.
Activistas señalan que el cuarto transitorio de la reforma elimina disposiciones legales previas que protegían a los animales, dejando un vacío normativo que, según Guillermo Ruiz, «tira todo el trabajo que se ha logrado a nivel estados».
Además, se critica que la reforma está diseñada bajo un enfoque «bienestarista» que solo asegura mínimos de cuidado, como alimento y techo, pero no aborda de manera integral la protección contra el maltrato o la explotación. Ruiz subraya que estas omisiones perpetúan prácticas abusivas como criaderos clandestinos o espectáculos con animales bajo pretextos de fines «no lucrativos».
Incluir el concepto de plaga dentro del segundo transitorio, permite interpretaciones arbitrarias del término, que, desde malas prácticas, se usan para justificar el exterminio masivo de perros, gatos, y otras especies, sin fundamentos científicos ni estudios adecuados.
“Si un encargado de sanidad declara a un grupo de cinco perros callejeros como plaga, el resultado sería su sacrificio, y esto se extiende a otras especies como palomas o ardillas”, advierten desde la Alianza.
Al no incluir una definición precisa del concepto, las interpretaciones quedarían a discreción de las autoridades, lo que deja sin sancionar medidas como envenenamientos masivos, que ya son parte del repertorio de acciones cotidianas en muchas dependencias estatales y municipales.
Para Guillermo Ruiz y la Alianza Nacional, la omisión de reconocer a los animales como seres sintientes representa un retroceso en los derechos de los animales. Comparan esta reforma desfavorablemente con la iniciativa “Seres Sintientes”, que ya ha sido aprobada en 13 estados del país y que, a diferencia de esta reforma, otorga una verdadera protección jurídica a los animales.
“Esta reforma no garantiza la protección animal; al contrario, legitima prácticas que los explotan y maltratan, dejándolos sin herramientas legales efectivas para su defensa. Es una reforma engañosa y fraudulenta”, concluye Guillermo Ruiz.
Activistas exhortan a la ciudadanía a no dejarse engañar por las aparentes bondades de la reforma y a unirse a las organizaciones que luchan por el reconocimiento de los derechos animales a nivel constitucional. “Necesitamos presionar para que esta reforma se ajuste a estándares internacionales y realmente beneficie a los animales, no a intereses particulares”, enfatizan las y los promotores de la iniciativa Seres Sintientes.