Hasta que ocurrió la muerte de los vecinos y el derramamiento de sangre de decenas de heridos incluido de los dos bandos que se confrontaron en el pueblo mixteco de Nochixtlán, Oaxaca, el gobierno con la presión hasta el cuello y el reclamo del interior y exterior del país accedió a dialogar con los maestros disidentes de la CNTE que se oponen a la reforma educativa peñista.
El trágico desenlace del domingo anterior obliga a revisar así sea en líneas gruesas, el trayecto de la reforma y su implementación vía la evaluación de una parte de los maestros y el posible giro o rumbo que podría tomar.
Primeramente, debemos partir de que la Reforma Educativa (RE) tiene sus prolegómenos en el pacto por México. Por acuerdo del cónclave de los tres principales partidos en el momento en que Peña Nieto usurpó con la compra de votos la presidencia sería una de las llamadas reformas estructurales que impulsaría. Se trataba de recuperar la rectoría del Estado en materia educativa que le había disputado y ganado en algunos terrenos el SNTE.
La votó el Congreso y la promulgó el Ejecutivo sin la consulta ni el consenso de los maestros. De haberlos tomado en cuenta nos habíamos ahorrado muchos de los problemas que estamos observando. Las leyes secundarias que normarían la observancia de la RE serían la del Servicio Profesional Docente (LSPD) y la que creó al Instituto Nacional de Evaluación Educativa.
Al momento de aprobarse el gobierno ya le había ajustado cuentas a Elba Esther Gordillo, condicionó a su sucesor en la dirigencia sindical haciéndolo su peón y palero y pasó a enfocar sus baterías contra la disidencia magisterial para menguar y de ser posible borrar la resistencia dentro del gremio
No podemos negar que era una necesidad impulsar una nueva reforma educativa La crisis educativa aunada al rezago y bajo aprovechamiento la justifican. Tan solo habría que detenernos en el retraso de aprendizajes en primaria y secundaria y bajísimo nivel de la habilidad y comprensión de lectura que proyectan los estudiantes en los niveles medio superior y superior para darnos una idea de la magnitud del problema y la necesidad del cambio.
De todas las reformas, la educativa es la que tiene más aceptación en la sociedad. Este es un factor nada desdeñable que hará muy difícil su derogación, lo que no impide modificarla en algunos aspectos. Con el agravante de que mediante la evaluación la norma que la rige como es la LSPD tiene un cariz predominantemente laboral que atenta contra el derecho al trabajo de los maestros al despedirlos si se niegan a ser evaluados o no acreditan los instrumentos de evaluación.
Los tres grandes objetivos con los que se aprobó dándole rango constitucional la RE fueron los de alcanzar la calidad, afianzar el derecho a la educación básica y media superior y que el Estado recuperara la rectoría en materia educativa. La columna vertebral en la que descansaría sería la evaluación permanente y periódica de los profesores desde su ingreso, promoción y ratificación de las categorías y cargos alcanzados por méritos propios.
La RE se diseñó como un instrumento también que responde a la crisis económica por la que estamos atravesando. Implícitamente busca regular la plantilla laboral y racionalizar el gasto reduciendo costos. Al despedir con los ceses a los maestros que se niegan a ser evaluados y sustituirlos con aspirantes que resultaron “idóneos” al pasar un examen, siendo estos contratados como interinos y sin prestaciones, el gobierno ahorra recursos y congela o desaparece plazas.
La RE está dirigida Contra el magisterio y la CNTE en particular. En su instrumentación se implementó a través de la LSPD como una estrategia de shock contra el magisterio. Depurar de sus filas a los maestros no aptos, previa examinación y actualización y nueva examinación es su divisa. Después vendría la renovación a los planes y programas con el nuevo enfoque y métodos con los que los alumnos de básica y media superior adquirirían los conocimientos. Asignatura por cierto que sigue pendiente.
Quizá a regañadientes, la mayoría de los maestros en el país sometidos a la influencia de la hegemonía pasiva de un SNTE disminuido y sin el poder de gestión que tuvo en gobiernos anteriores, indiferentes algunos al sindicato, convencidos algunos o por temor los más a ser cesados, han acatado las convocatorias para ser evaluados.
Quienes se han opuesto de manera más contundente son los educadores que trabajan en los estados del Sur que laboran en las peores condiciones y en comunidades con los más altos rezagos y marginación. A ello obedece quizá su radicalización. Aunque Nuño Mayer acusa particularmente a sus líderes de no querer perder sus privilegios con el tráfico y herencia de plazas y seguir cobrando sin estar en una escuela, renunciando a enseñar a grupos de niños.
En esta vasta región los inconformes que exigen la derogación de la reforma están acuerpados en la CNTE. Desde antes de que fuera votada y una vez promulgada, la CNTE ha estado resistiendo demandando su derogación.
Las evaluaciones se han estado realizando desde hace dos años. La reforma va por su tercero desde que en septiembre de 2015 la aprobaron los legisladores. En los diferentes momentos y procesos de evaluación que hasta ahora se han efectuado el secretario de educación que se ha ganado el mote de “el sargento Nuño” por su inflexibilidad en la aplicación de la ley que establece la evaluación obligatoria”, ha determinado cesar a los reincidentes e insumisos maestros que no acudieron a ser evaluados. Como la mejor praxis es la que ocurre de facto, por la vía de los hechos, muchos de quienes han sido despedidos y pasado a engrosar el ejército de desempleados han sido sustituidos por un ejército magisterial de reserva no menos numeroso que busca a toda costa encontrar trabajo. Son estos descontentos más quienes se han solidarizado en los hechos con ellos y aquellos sectores organizados que siempre han renegado y rechazado a la RE los que resisten y se movilizan ejerciendo medidas de presión buscando sentar a las autoridades a negociar. En las protestas no han faltado actos de violencia, provocación e infiltraciones de elementos de organizaciones radicales.
Hasta ahora lo que la máxima autoridad educativa ha venido haciendo es negarse a dialogar, condicionando el encuentro con los inconformes a que estos acepten la reforma y se ciñan al cumplimiento de la ley.
Sobre, qué es lo que se tiene que dialogar en el encuentro que tuvo la CNTE y una comisión mediadora con gobernación se antoja pensar que debe hacerse una reforma a la reforma. La Re educativa ya se está aplicando y en sus acciones se han ido alcanzando metas: evaluación de profesores, sistema de estímulos a los mejores profesores, programas de escuelas en el centro y escuelas al cien son programas que se están aplicando. La RE educativa pareciera no tener vuelta atrás, pero ello no significa que no se pueda modificar. Quitar algunos artículos y agregar transitorios considerando las regiones con alta marginación, inequidad y multiculturalismo como son las del Sur, región en la que hay más resistencias podrían ser saldas que la lleven por un nuevo rumbo. Lo que es inadmisible es correr a maestros desconociendo y pisoteando sus derechos. En su lugar hay que evaluar y capacitar y volver a evaluar una vez que se les han impartido cursos de actualización.
Lo que sus críticos cuestionan a la RE es la de que es una imposición externa mandatada por la OCDE y regida por el consenso de Washington, que la evaluación por sí misma no resuelve la crisis educativa, que lo que busca es privatizar la educación y que al tener un tinte marcadamente laboral y administrativo lo que en el fondo busca es un ajuste de personal. ¿Que pasara después del encuentro con Gobernación? Hasta el jueves 23, el único avance era el de acordar una agenda de discusión. De no ocurrir una reforma sobre la reforma, el ánimo aperturista y la medida de hablar con la CNTE habrán sido una estrategia más para distraer y desgastar a los movilizados y darle largas sin lograr resolver el conflicto. ■