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miércoles, 23 abril, 2025
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Sin resultados, el modelo económico neoliberal en México, según el académico Miguel Esparza

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA •

■ “Se profundiza especialización y desarticulación de la estructura productiva del estado”

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■ La minería refleja la desposesión y el saqueo de la riqueza natural en su dimensión más cruda

Con la apertura de México y, como consecuencia, de Zacatecas al mercado global bajo los lineamientos del sistema económico neoliberal que se implementa en el país, no se ha solucionado la “debilidad del aparato productivo” de la entidad, aseguró el académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Miguel Esparza Flores.

Por el contrario, agregó, “se profundiza la especialización y desarticulación de la estructura productiva del estado”. Esta visión se opone a los argumentos para defender el modelo del libre mercado hechos hace unos días tanto por el secretario de Economía, Adolfo Bonilla Gómez, como por el presidente estatal de la Confederación de Patrones de la República Mexicana (Coparmex), César Gonzalo Castanedo.

La minería “que ha sido bastión de las administraciones estatales” refleja “la desposesión y  el saqueo de la riqueza natural en su dimensión más cruda”, sumado a los daños ambientales que genera a través del uso de métodos extractivos que están prohibidos incluso en otros países, como es el caso de los tajos a cielo abierto.

También la ganadería ha hecho mella en la tierra de Zacatecas con la sobreexplotación debido al modelo extensivo que ha seguido y que ha operado en favor del gran capital agroindustrial, señaló.

Por otra parte, agregó que el abandono del campo se ha traducido en “descampesinización y pobreza” y ha provocado que los agricultores sean vulnerables frente al cambio climático y a las fuerzas económicas.

Asimismo, en el sector secundario, el docente investigador de la Unidad Académica de Economía de la UAZ consideró que ha habido u proceso de desindustrialización en el país por el enfoque de atraer empresas maquiladores con poco impacto tecnológico y de mejora laboral, así como por la inexistencia de políticas de desarrollo regional que permitan que la actividad industrial en México y Zacatecas salgan de “su histórico estancamiento”.

El sector de los comercios y servicios no presenta un panorama más alentador pues, según explicó el académico, el avance de franquicias como las de las tiendas de autoservicio ha causado el desplome de las economías de subsistencia.

En este sentido, advirtió que este progreso de las grandes cadenas comerciales “socaba a un espacio social que garantizaba cobertura laboral a las familias, poniendo en jaque la estabilidad social en la región”.

 

Difícil cambiar, marginando a la sociedad

Defendió que adquirir como propio el modelo exportador en Zacatecas, por parte de quienes han encabezado los gobiernos estatales, significa asumir “un esquema pasivo y de imitación”, sin haber hecho un verdadero diagnóstico de las necesidades que tiene la entidad.

El reto está, concluyó Esparza Flores, en convertir a Zacatecas “en una región ganadora” mediante políticas de empleo regional y de apertura de espacios para jóvenes y personas adultas, de defensa y sostenibilidad de los recursos naturales y de acceso a servicios de salud dignos, entre otros.

Consideró que este cambio que debe aplicarse para modificar las condiciones actuales será “difícil de  cumplir mientras la sociedad civil esté marginada de la construcción del futuro”.

 

Las reformas estructurales acentúan los problemas

No se puede pensar en efectos positivos del actual modelo económico, subrayó Esparza Flores, cuando se piensa en una acentuación de los problemas del país a raíz de las llamadas reformas estructurales, sobre todo la energética, que supone la “la desposesión de los mexicanos de sus fuentes energéticas, de los recursos hídricos, genéticos, madereros, de las playas entregadas a los consorcios españoles y norteamericanos”.

Tampoco es posible tener una visión favorable del neoliberalismo en México, añadió, si se tiene en cuenta la “maquilización del aparato productivo con efectos difícilmente reversibles en la desindustrialización del país”.

Aunado a estos dos aspectos, precisó que también la violencia que ha azotado al país en los últimos años “ha institucionalizado como mecanismo para acumular riqueza y como forma de garantizar la desposesión y expoliación del cada vez más raquítico excedente generado en el país”.

 

TLCAN quedó en meros propósitos

Como un elemento central de la aplicación de este modelo en México mencionó la firma del Tratado de Libre Comercio, el cual recordó que tenía como objetivo homogeneizar las oportunidades sociales, laborales y económicas entre los países miembro, así como generar una igualdad en los niveles de bienestar de los ciudadanos de estas naciones.

Sin embargo, pasadas ya dos décadas de implementación, los resultados no se han dado como se esperaban. El docente investigador de la Unidad Académica de Economía explicó esta idea que se planteó al inicio “ha quedado como meros propósitos no cumplidos”.

Y la falta de cumplimiento, agregó, se traduce en que la desigualdad social, regional y económica se ha profundizado y ha mantenido en México unos niveles de bienestar similares como los de los años 70 pero con el agravante de que hay condiciones, actualmente, que agudizan la situación.

Entre estos aspectos que causan un mayor deterioro del bienestar ciudadano, Esparza Flores apuntó la reducción “al mínimo” de las oportunidades laborales, así como la tasa de desempleo, precisando que no bajo los métodos de medición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía Inegi, y la cual en 2014 fue del 15 por ciento de la población trabajadora “incluyendo a los trabajadores desalentados que no están dentro del mercado laboral pero que se muestran disponibles para hacerlo”.

Agregó a este listado de situaciones que han empeorado las condiciones en México la  precariedad laboral, acentuada con la reforma laboral, el hecho de que los trabajadores tengan que destinar ahora más horas a su vida laboral pero con menores ingresos nominales y, por tanto, con una pérdida en su poder adquisitivo hasta de 80 por ciento respecto a 1987, que explicó que es el “año pico” en relación al incremento de las percepciones reales de los trabajadores.

Todo lo anterior, puntualizó el académico, aunado a la informalidad laboral de 60 por ciento que se ve motivada por el “achicamiento creciente del mercado laboral formal” y que en el caso de Zacatecas se agrava por la debilidad de ese mercado.

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