La sobreexposición de niñas y niños en redes sociales a través del llamado sharenting representa una amenaza creciente a su privacidad, seguridad y bienestar emocional, advirtió Julieta del Río Venegas.
“El sharenting no es solo una moda digital; es una práctica que puede marcar la vida de una niña o un niño sin su consentimiento y con riesgos reales”, agregó.
Explicó que esta práctica consiste en que madres, padres o personas adultas compartan imágenes, videos o información de menores en plataformas digitales lo cual puede parecer inofensivo, pero conlleva consecuencias preocupantes.
Detalló que las imágenes pueden llegar a manos de desconocidos o ser mal utilizadas, se pone en riesgo la seguridad física y emocional de los menores y se crea una huella digital permanente sin que ellos hayan podido decidir al respecto.
“Las niñas y los niños tienen derecho a una identidad digital propia, construida con libertad, sin imposiciones ni exposiciones innecesarias. Debemos de filtrar a quienes queremos que lleguen las imágenes o la información de los menores.”, afirmó.
Julieta del Río recordó que en México existe un marco legal que protege los datos personales de los menores, tanto en el ámbito público como privado, pero advirtió que “más allá de la ley, la protección de la niñez es un deber ético que inicia en casa”.
Desde un enfoque ciudadano, hizo un llamado a madres, padres, docentes y personas cuidadoras a reflexionar antes de compartir contenido de menores en redes sociales.
“Preguntémonos: ¿realmente es necesario publicar esta imagen? ¿Estoy respetando el derecho de mi hija o hijo a decidir sobre su imagen y sus datos? Cuestionó”.
Mencionó que muchas veces el sharenting comienza incluso antes del nacimiento, con la publicación de ecografías o datos médicos. A partir de ahí, las redes sociales pueden registrar desde el primer día de vida del menor, incluyendo escuela, ubicación, rutinas diarias e incluso hábitos, información que puede ser utilizada con fines maliciosos por terceros.
Celebró que algunas escuelas comiencen a sensibilizar a madres y padres sobre este tema, ya que educar también es cuidar y en el mundo tecnológico actual es prioritario resguardar también el espacio digital de las infancias.
Finalmente, ante la desaparición del INAI como órgano garante, Del Río Venegas subrayó que la defensa de los derechos de protección de datos debe continuar desde la sociedad civil.
“Hoy, sin un organismo constitucional como el INAI, debemos redoblar esfuerzos como ciudadanía informada y vigilante. No bajemos la guardia. La privacidad también empieza en casa” finalizó.