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jueves, 25 abril, 2024
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Novedad de García Márquez

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Por: Mauricio Flores •

La Gualdra 491 / Libros / Op. Cit.

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No es solo por el hecho de haber obtenido sitio en los reconocimientos mundiales de mayor importancia —no— sino por la riqueza de sus contenidos, maravillas de la lengua española, que la obra de Gabriel García Márquez (1927-2014) mantiene una renovada vigencia.

Pilar del llamado boom latinoamericano, en el que habrá de colocar también al peruano-español Mario Vargas Llosa (1936), García Márquez es un autor con una avasalladora presencia en librerías y bibliotecas. De mano en mano sus libros circulan, se citan y recuerdan, como lo constata la aparición de tres nuevos títulos que nos refieren tanto a su obra como a su persona.

Se trata de Dos soledades. Un diálogo sobre la novela en América Latina (firmado por los dos escritores referidos), García Márquez: Historia de un deicidio (del nacido en Arequipa) y Gabo y Mercedes: una despedida (autoría de Rodrigo, hijo del colombiano). Libros puerta, atajo, sendero, invitación… al encuentro con la obra del autor de Cien años de soledad.

El primero no es sino la recuperación de lo conversado entre García Márquez y Vargas Llosa en sendas jornadas en septiembre de 1967, y las que anticipaban ya el rumbo de la narrativa surgida en la geografía latinoamericana, también conocida mundialmente como realismo mágico.

Fue en una universidad limeña, 5 y 7 de septiembre las fechas, entonces García Márquez acababa de publicar Cien años de soledad, novela de “sustancia mítica”, y Vargas Llosa tenía en su haber La ciudad y los perros y La casa verde. De modo que el conversatorio tuvo tintes más bien discretos, no por ello carente de las convicciones y temperamentos de ambos escritores, dilatados en los años siguientes al ritmo de la realidad cambiante.

A cincuenta y cuatro años dichos coloquios han sido recuperados, privilegio para quienes han seguido la obra literaria de sus protagonistas y hasta para los que recuerdan o suponen alguna lóbrega versión sobre el rompimiento ulterior (definitivo) entre García Márquez y Vargas Llosa. El libro se debe al “hallazgo” del colombiano Juan Gabriel Vásquez. Y es que, como cuenta el también prologuista, la edición original “llevaba años fuera del mundo” y solo se encontraba en “ediciones piratas, de autoridad dudosa o de comercio negro”.

Dos soledades… incluye un texto de José Miguel Oviedo, encargado de presentar ante la audiencia a los protagonistas, después prólogo de una primera de lo expresado y escuchado en la propia Universidad Nacional de Ingeniaría peruana. La idea del encuentro, abunda Oviedo, era “revelar aspectos ignorados de la creación novelística, de la personalidad humana, de la experiencia privada, de ambos escritores”. 

Las obras literarias de ambos conversadores (al margen de sus posturas ante la realidad sociedad y el poder, lo sabemos hoy) se extenderían en el tiempo con éxitos contundentes, reconocidas (traducidas) mundialmente. Los dos obtendrían el Premio Nobel de Literatura, con veintiocho años de diferencia.

Tesis doctoral

García Márquez: Historia de un deicidio es también un bienvenido hallazgo. Consiste en lo publicado a principios de los 70 y desaparecido de las librerías desde hace muchos años. Su origen se ubica en la tesis escrita por Vargas Llosa en 1971, y que le valió el título de doctor en la Universidad Complutense de Madrid.

Detallada en extremo, la tesis vargallosiana abunda sobre la génesis de la novela cumbre latinoamericana al tiempo que identifica influencias en el autor y hasta detalla anécdotas personales del mismo, y su genealogía, después vistas en la obra estudiada.

“En Cien años de soledad”, dice Vargas Llosa, “el dominio de lo imaginario se consolida: es la realidad básica, mientras que lo real objetivo es algo más bien derivado. ¿Qué estrategia dota a este mundo imaginario e su enorme poder de persuasión? En esto, todos coinciden: la novela transpira una hirviente vitalidad, la vida brota en ella a chorros”.

Práctica de humildad

Desde su condición de hijo, Rodrigo García da cuenta de los últimos días de su padre, en Ciudad de México. Testimonio confesional que si bien inserto en una actividad “casi tan antigua como la misma escritura”, escribir sobre la muerte de un ser querido, provoca un “nudo en la garganta” en el descendiente del novelista colombiano.

“Más allá de la necesidad de escribir, en el fondo puede acecharme la tentación de promover mi propia fama en la era de la vulgaridad. Tal vez sería mejor resistir al llamado, y permanecer humilde. La humidad es, después de todo, mi forma preferida de vanidad. Pero, como suele ocurrir con la escritura, el tema lo elige a uno, y toda resistencia sería inútil”.

Fraseo que remonta al invitado lector de estos tres libros a una de las aseveraciones más certeras del propio Vargas Llosa: “un escritor no elige sus temas, los temas lo eligen a él. García Márquez no decidió, mediante un movimiento libre de su conciencia, escribir ficciones a partir de sus recuerdos de Aracataca. Ocurrió lo contrario: sus experiencias de Aracataca lo eligieron a él como escritor”.

Tres novedades libreras que confirman la novedad de García Márquez.

 

Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Dos soledades. Un diálogo sobre la novela en América Latina, Alfaguara, México, 2021, 162 pp.

Mario Vargas Llosa, García Márquez: Historia de un deicidio, Alfaguara, México, 2021, 668 pp.

 Rodrigo García, Gabo y Mercedes: una despedida, Random House, México, 2021, 112 pp.

* @mauflos 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_491

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