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jueves, 28 marzo, 2024
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Nueva República Viraje en la estrategia

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Por: Óscar Novella Macías •

«[…] hay lugares donde no se odia la ley, comisario.
Pero en esos lugares usted no sería la ley».
Raymond Chandler

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«Los abrazos de AMLO llevan muchos más detenidos en un mes que la “guerra” de Calderón durante todo su periodo”, esto es lo que ahora señala la vox populi, haciendo gala de gran tino en cuanto a un hecho: la diametral diferencia de estrategias para enfrentar al crimen. A la vista de los recientes acontecimientos; detenidos, como José Antonio Yépez Ortiz alias el “Marro” y “La teniente”, por mencionar claros ejemplos; la nueva información que sigue fluyendo, etc., resulta extraordinariamente permisivo seguir hablando de la existencia de una estrategia CONTRA el crimen organizado en el sexenio de Felipe Calderón, no obstante, y por el bien de la máxima “Inocente hasta que se demuestre lo contrario” seguiremos hablando (quizás todo este mes) de la existencia de esa fantasmagórica estrategia de Felipe que fue continuada por Peña Nieto, desde luego.

La fórmula es vieja como el tiempo: miles de halcones detenidos para taparle el ojo al macho mientras enormes flujos de capital ilegal se mueven impunemente por bancos mundiales, pareciera que durante los dos sexenios pasados sólo existía el delito si no se superaba el monto del millón. Bajo las dos administraciones pasadas el blanqueo y el lavado se dieron como moneda corriente, mezclando la bajeza de las estafas maestras con el dinero proveniente de la sangre, el tipo de justicia que enfrentaban los criminales ricos era muy diferente a la que todos conocemos como justicia.
Para darnos una idea de la magnitud de las complicidades, pues queda claro que ningún gobierno en el mundo civilizado puede hacerse de la vista gorda con una cosa así, la cifra que menciona hoy Santiago Nieto, generada por las categorías de delitos en las que sí se cuenta con un cálculo, es de un billón 52 mil 692 millones de pesos entre 2016 y 2018, añadamos, para refinar el coraje que todos estamos haciendo, el conocimiento de que estos flujos se incrementan de manera exponencial durante las campañas.

Algunos buenos sujetos señalaban que comenzar a desarticular las enormes redes de crimen organizado que controlaban al país era cuestión de Voluntad, algunos de esos “buenos sujetos” aprobaron la infame “guerra contra el narco” siguiendo esa lógica, pero hoy ciertas pruebas desnudan la verdad, y esa verdad alcanza a los grandes bancos internacionales que bajo la lógica de la ganancia estuvieron más que dispuestos a extender el paraíso fiscal a los señores de la droga por intermediación de complicidades en el estado mexicano, mientras miles de ciudadanos pobres (mexicanos y centroamericanos) iban a la lotería-matadero que ofrecía el negocio. Sí, esa había sido la estrategia de seguridad neoliberal, dejar pasar el dinero y sacrificar a cuantos sea necesario, mucha voluntad y mucho libre mercado, mucho “cambio en uno mismo”.

La estrategia de la UIF no persigue a los halcones de quince años que están buscando sacarse la lotería, muy por el contrario, es en el ataque al gran flujo de capital donde se ha ido minando la capacidad operativa de lo que estaba a poco de ser un súper conglomerado multinacional. Las complicidades en PEMEX sólo eran la punta del Iceberg, pues en cada nuevo capo se van revelando nexos y triangulaciones cuyo volumen causa espanto. Santiago Nieto decidió poner el alfiler en el nervio de la lógica neoliberal, desde la congelación masiva de cuentas bancarias asociadas al narco, hemos visto moverse muchas cosas, el proceso de resquebrajamiento de la red ha tocado intereses económicos que navegaban con banderas de legalidad, pero yo creo que los mexicanos todavía no estamos dispuestos a olvidar los grandes crímenes detrás de las grandes fortunas.

Cuando el presidente dijo en campaña “abrazos, no balazos”, no estaba pensando en lo que la derecha arteramente vociferaba, no se trataba de poner en riesgo de muerte al ya maltrecho estado de derecho de la nación, se trataba de una idea sencilla: hasta la fecha sólo se ha “combatido” al crimen mediante el castigo y mediante la guerra, la gran tragedia de este método radica en que los muertos los pone el pueblo y los márgenes de ganancia se los llevan los cómplices de cuello blanco y HSBC, eso es capitalismo de libro y lógica de guerra. La nueva estrategia que propone el ejecutivo es un poco menos moderna, menos Wall Street, digamos, consiste en neutralizar a los operadores reales del crimen y ofrecer alternativas de trabajo a los que trabajaban para ellos porque no tenían más opción.

Algunos querrían que cada delincuente de poca monta recibiera el trato del sujeto de la combi, claro, es un sentimiento muy humano, especialmente cuando se ha sufrido un asalto, somos seres pasionales y recordamos el miedo de ese momento, es por eso que el estado no es, ni debería ser un ente pasional que desea amenazar, castigar y matar. La función del estado es neutralizar lo insalvable y arreglar las condiciones para que ningún ciudadano, nunca, tenga deseos de amenazar, castigar o matar, sea por hambre o por miedo, de eso se trata la izquierda política, esos son los “abrazos”.

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