Más o menos con esa frase según la parábola, Jesús defendió a María Magdalena, cuando una muchedumbre se volcó en su contra para darle muerte a pedradas por considerar que había cometido adulterio, que era pecadora. “Arroje la primera piedra el que esté libre de pecado”, les dijo.
Viene al caso esta rara comparación porque en otro nivel, y en una distancia milenaria, es lo que parece estar ocurriendo a Rosario Piedra Ibarra, recién electa por el Senado, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos durante cinco años. Se ha cuestionado tanto su elección que inclusive, en señal de protesta, cinco consejeros renunciaron formalmente.
(¡Glup!)
El martes de la semana que transcurre, Leo Zuckermán en su programa “La Hora de Opinar” que transmite de lunes a viernes a las 22:00 horas Foro TV, entrevistó a tres de ellas: María Ampudia, Mariclaire Acosta y Olga Noriega, quienes en carta dirigida a la presidente de la Mesa Directiva del Senado Mónica Fernández, renunciaron a sus cargos de manera irrevocable e inmediata..
Con la mayor atención posible escuché la entrevista, y pude observar la manera atropellada y pírrica de cada una de las tres, haciendo referencia a Rosario, cuando daban respuesta a las preguntas formuladas por Leo.
¿Tanto así es el enojo? ¡Qué barbaridad! No lo imaginaba.
Los argumentos que manejan las ahora ex consejeras, es que su renuncia, obedece al accidentado proceso de elección y a la convulsionada toma de protesta al cargo de la nueva titular de la CNDH.
Defienden con ahínco, la autonomía del organismo para que pueda llevar a cabo su función. Indican incluso, que AMLO pretende que ese organismo, sea afín a sus intereses; que tal vez, podrá encubrirlo de muchos malos manejos y arbitrariedades, que se cometan bajo su actual gobierno de la 4T.
A través de su existencia, desde que fue creada el 6 de junio de 1990 por el entonces presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, la CNDH no ha tenido una autonomía plena. Todos sus presidentes desde Carpizo quien fue el primero, Jorge Madrazo, Raúl Plascencia Villanueva, José Luis Soberanes, Mireile Roccati y Raúl González Pérez, de una u otra manera, han sido afines a los intereses del gobierno.
Estoy convencida de que este organismo solamente fue creado de buena fe, porque el cumplimiento de sus fallos y resoluciones, carecen de coercibilidad y éstos se traducen en una “invitación”, para las autoridades a quiénes van dirigidos y deben cumplirlos.
La violencia atroz y cotidiana que se vive nuestro país, de ninguna manera es culpa de AMLO. El recibió a la Patria totalmente convulsionada.
Desde hace décadas la violencia en México es cotidiana. De lo contrario, no se entendería cómo, hace justamente 29 años y 5 meses se creó ese organismo cuyo objeto esencial es la protección, observancia, promoción, estudio y divulgación de los derechos humanos que ampara el orden jurídico mexicano. Tiene competencia en todo el territorio nacional, para conocer de quejas relacionadas con presuntas violaciones a los derechos humanos, cuando éstas fueren imputadas a autoridades y servidores públicos de carácter federal, con excepción de los del Poder Judicial de la Federación.
Cuando en el mismo hecho estuvieren involucradas tanto autoridades o servidores públicos de la Federación, como de las Entidades Federativas o de los Municipios, en principio conocerán los organismos de protección de los derechos humanos de la Entidad de que se trate. Asimismo, conocerá de las inconformidades que se presenten en relación con las recomendaciones, acuerdos u omisiones de los órganos equivalentes de las Entidades Federativas, así como por la no aceptación de sus recomendaciones por parte de las autoridades o por el deficiente cumplimiento de las mismas.
No obstante esa noble tarea, la violencia no ha disminuido. Por el contrario, se encuentra en una peligrosa espiral que sin lugar a dudas, atenta en contra de los derechos humanos.,
Simplemente no se ha visto que la CNDH haya contribuido a disminuir esa violencia, mediante el ejercicio de sus funciones. Existen casos en los que ha permanecido solamente mirando los acontecimientos: casos de tortura; feminicidios; desapariciones forzadas; normalistas de Ayotzinapa; caso Tlataya; Tanhuato; fosas clandestinas, Guardería infantil ABC.…
Quienes creen que la CNDH, se encuentra en un pedestal, y es un organismo impecable en el que sus integrantes, particularmente, los consejeros y el consejero presidente son personas puras e inmaculadas, se equivocan si creen que Rosario Piedra Ibarra es tan impura que no merece como ellos, el ocupar la presidencia.
Con toda sinceridad, puedo llegar a imaginar que los consejeros que han renunciado a sus cargos, no conocen realmente el profundo dolor de las víctimas que han padecido violación a sus derechos humanos. Esa idea me dejó la gran prepotencia de las ex consejeras entrevistadas, sin el mínimo de humildad, manifestando que además de todo, Rosario, no obstante su trayectoria de luchadora social, carece de experiencia en la materia.
¿?
En todas las instituciones se ha encontrado corrupción, que arrojen la primera piedra contra Rosario, quienes se encuentren limpios e inmaculados.
Démosle el beneficio de la duda.
