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jueves, 28 marzo, 2024
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Bronco, crónica de un fraude electoral anunciado, los jóvenes y la política

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

A la primera. Soy universitario y no voy con Anaya. Me preocupa sobremanera el desarrollo del proceso electoral que amenaza con ser uno de los peores en la historia de México. Para empezar, el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, es a todas luces contrario a la legalidad y al derecho, en dicha resolución, se avala un cúmulo de ilícitos con tal de que el Bronco aparezca en la boleta electoral y le reste votos a López Obrador. El tal Bronco, entra al teatro electoral diciéndole a los ciudadanos: aquí está el más dependiente de los independientes y baluarte de la ilegalidad, promotor infáme que anuncia el robo anticipado de una elección; todo esto gracias a que el TRIFE, se integra como todos sabemos, por magistrados que han llegado gracias al apoyo de los partidos políticos, principalmente del PRI de Don Carlos, así que las artimañas están puestas con antelación para lograr imponer al candidato que mejor les parezca, en vano se gastarán millones de pesos que bien pudieron destinarse a la educación o al apoyo de los pueblos indígenas. Simplemente, ante las instancias de la supuesta democracia mexicana, la independiente más honesta que fue Mary Chuy, quedó fuera de la contienda electoral y entraron los más ratas. A la segunda. No creo en la justicia electoral ni en las instituciones de y para la democracia en México. Anaya y su lavadora de dinero, está siendo impulsado por muchos priistas que están viendo que el yo mero, nomás no levanta ni con viagra y tal vez, sea preferible para ellos negociar con él y su partido, tal como se hizo con Calderón y Fox. A la tercera. Renuncio como mexicano a la sola posibilidad de que una misma familia pueda gozar de dos pensiones vitalicias a ex presidentes de la República; en la muy-muy lejana posibilidad de que Margarita Zavala llegara a la Presidencia, tendríamos que otorgar otra dádiva como la que actualmente goza Lipe Calderón (Le perdí la fe), así, la familia presidencial viviría a costa del pueblo con una millonaria suma de por vida. A la cuarta. Las propuestas de los candidatos dejan mucho que desear, es evidente la falta de nivel en ellas, sobre todo de algunos candidatos que pretenden ocupar la Presidencia de la República y otros cargos de elección popular. No cabe duda de que si alguno de ellos llegara a gobernarnos, las cosas seguirían exactamente igual. Un ejemplo, en el anuncio se ve un joven que pretende subir al autobús, trae una mochila y, luego ya no se sube porque no trae dinero y dice Meade que requiere de una beca. Entonces, si gana el pez mero priista, no habrá progreso para los jóvenes, no habrá oportunidades de trabajo y seguirán siendo subsidiados en su jodidez, violando el contenido del artículo 25 constitucional que establece la rectoría estatal respecto al desarrollo nacional y la distribución justa de la riqueza; en México, solo se distribuye la pobreza, la marginación y la inseguridad. A la quinta. Los jóvenes sin ninguna posibilidad real de trascender en la política. No cabe duda que en los órdenes federal, estatal y municipal, los jóvenes jugarán si bien les va, un papel de ornato y de talacha, colocando calcomanías a los carros en los semáforos en rojo, que hacen ver a los vehículos más descoloridos como si el sol fuera más agresivo con el cambio climático. Es una verdadera lástima que los muchachos se estén domesticando y no reflexionen en lo pésimo que hemos sido gobernados por el PRI y el PAN, con figuras funestas como Salinas de Gortari, Diego Fernández de Ceballos y otros muchos más. Ya anteriormente, he insistido en la necesidad de promover la historia política de México entre los muchachos para que no permitan que se cometan las mismas atrocidades contra el pueblo. Me entristece ver a los jóvenes con sus playeras de ciertos partidos como diciendo: amo a mi verdugo, amo a los que nos han chingado y permitiré que nos sigan chingando. Detesto ver que algunos de ellos, se conformen con el discurso de las becas cuando debieran exigir condiciones reales para edificar su futuro, pues las becas se acabarán cuando dejen de ser estudiantes y engrosen las estadísticas de desempleo en nuestro país; entonces, se darán de golpes en la pader, pues estudiaron para una cosa pero ya con las obligaciones familiares, trabajarán en lo que sea para llevar apenas lo indispensable para sus hijos a quienes condenarán a sufrir más pobreza e inseguridad, peor de la que tenemos actualmente. La posibilidad de reflexión y revolución, se agotará dando paso a la continuidad de los sistemas en donde solo los viejos grillos políticos, saborean las mieles del poder y gozan de la riqueza que como jóvenes, les ayudamos a amasar. Muchas juventudes dejaron de ser revolucionarios e irreverentes ante el sistema, ahora, el cúmulo de distractores emanados de la modernidad, los han domesticado, se conforman con una beca cuando debieran ser los promotores de los grandes cambios que demanda México.

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
[email protected]

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