“… Considerando. Que ante tales requerimientos estudiantiles y ante los deseos de maestros y profesionistas y ante el consenso de la comunidad zacatecana el gobierno del Estado estima que es llegado el momento de elevar el rango de esta prócer Institución que por ahora lleva con dignidad y decoro, el nombre venerado de Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas, y que la elevación de jerarquía que el Estado le otorga a la benemérita Institución es el mejor tributo a las generaciones de profesores y alumnos, que durante más de un siglo han laborado por y para la cultura de Zacatecas y de México. […] Se declara la conversión del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas, en Universidad Autónoma “Francisco García Salinas” […] La presente ley entrará en vigor el 6 de septiembre de 1968.”
Decreto 496 del H. Congreso del Estado de Zacatecas.
Aludiendo exclusivamente a su función de docencia -y reconociendo que la investigación y la extensión son requisitos indispensables para que las instituciones que imparten educación terciaria alcancen la categoría de universidad- ésta, en general se ocupa de formar médicos, ingenieros, abogados, contadores, sociólogos, maestros, filósofos, literatos, artistas, agrónomos, historiadores, políticos, químicos, arquitectos, y múltiples profesionistas más. De ahí que no podamos imaginar el mundo moderno, ni el progreso social, sin universidades.
La palabra universidad tiene su origen en el latín universitas que significa “todo”, “entero”, lugar donde se enseña el conocimiento universal.
La universidad es una de las instituciones más antiguas del mundo occidental, que se ha ido modificando en función de las transformaciones del contexto. Tiene sus antecedentes más remotos en las culturas avanzadas de la antigüedad, valga mencionar a la “Academia”, fundada en Atenas por Platón (428-347 a.n.e.) y otras que surgieron en China, India, Alejandría y Bagdad, que si bien no expedían títulos, se ocuparon de transmitir el conocimiento de la época a los jóvenes.
Sin embargo, es en la Edad Media cuando se forman las universidades tal como las conocemos en la actualidad. Hay consenso en considerar universidad pionera en el mundo a la de Bolonia (Italia), fundada en 1089. Luego comenzaron a surgir universidades a lo largo de toda Europa, entre ellas: Universidad de Oxford (Inglaterra) en 1096; Universidad de París (Francia) en 1150, en la actualidad conocida como Universidad de la Sorbona; Universidad de Cambridge (Inglaterra), de la que han egresado 85 premios Nobel; Universidad de Salamanca (España) en 1225; Universidad de Padua (Italia), fundada en 1222. En 2003 tenía 65 mil estudiantes; Universidad de Nápoles Federico II (Italia) en 1224, primera universidad laica y pública en el mundo.
En Latinoamérica el imperio español fundó 23 instituciones de educación superior en los poco más o poco menos 300 años que duró la etapa colonial. Entre ellas están las siguientes: La Real y Pontificia Universidad de San Marcos (Lima, Perú) en 1538. Se le considera la más antigua del continente. Hoy en día es la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, principal centro de investigación científica y social del Perú; la Real y Pontificia Universidad de México (Ciudad de México), creada por Cédula Real expedida por Felipe II, el 21 de septiembre de 1551. Hoy en día es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Real y Pontificia de Santiago de la Paz Gorjón (República Dominicana) 1558, extinguida en 1767. Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) en 1613. Su enseñanza es pública, gratuita y laica. Tiene como apodo La Docta porque durante más de dos siglos fue la única universidad del país; Universidad de Santo Tomás de Aquino (Colombia) en 1645.
En Zacatecas, la primera institución de educación superior pública gratuita y laica la fundó en Jerez, Zacatecas, en 1832, el entonces gobernador del Estado Francisco García Salinas, con el nombre de Casa de Estudios, germen de la actual Universidad Autónoma de Zacatecas, que en este 2018 conmemorará su aniversario número 50, padeciendo, al igual que otras universidades públicas del país, asfixia económica por falta de financiamiento. Con ello el derecho a la educación sufre una erosión radical. Para tales universidades públicas que están pasando por crisis económica debería haber un rescate. Si hubo un Fobaproa, ¿por qué no salvar a esas casas de estudios superiores? La UAZ es un patrimonio a defender porque encierra la semilla del progreso social del futuro, en este sentido, el espíritu y el orgullo universitarios deben manifestarse.
En este aniversario de oro, sería deseable que el Honorable Consejo Universitario dispusiera que toda comunicación oficial institucional llevara un escudo y lema, determinado por la misma instancia, recordando, de manera uniforme, tan significativa conmemoración. 2018 es un capítulo grandioso en la memoria histórica contemporánea y la comunidad universitaria debe dejar su huella. La administración del rector Antonio Guzmán Fernández tiene la palabra. En apoyo, el colectivo de la UAZ, manifestando su identidad y sentido de pertenencia, escribirá su parte.
Concluyo. La UAZ es una universidad que educa para transformar y se transforma para educar. Deseo que este 2018, cincuentenario de la UAZ, llegue repleto de motivos para seguir adelante, que la esperanza nutra nuestros sueños y utopías para crear y recrear juntos las nuevas formas de proceder que nuestra alma máter requiere. Bienvenido 2018.
Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto.
*Cronista de la UAZ
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