México, DF. Hasta el momento no hay una solicitud formal de extradición de Estados Unidos para juzgar en su territorio a Joaquín el Chapo Guzmán Loera, informó este miércoles el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), José Antonio Meade, tras señalar que ambos gobiernos “estamos en un proceso de diálogo en diferentes instancias para identificar momentos, modalidades y alternativas” sobre este tema.
Hace unos días le fue negado a Guzmán Loera un amparo definitivo contra una extradición debido a “la inexistencia de los actos reclamados”, ya que no ha habido una solicitud de extradición por parte del gobierno de Estados Unidos.
En conferencia de prensa, el canciller se refirió también a la situación de Ramiro Hernández Llanas, mexicano sentenciado a morir en una prisión de Texas el próximo 9 de abril, así como de otros 60 connacionales que esperan la misma suerte.
Aunque Hernández Llanas, al igual que Edgar Tamayo y 49 más son parte del llamado Caso Avena, que resultó de una denuncia del gobierno mexicano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que se revise su sentencia toda vez que se violó su derecho al acceso consular, no se espera cambio alguno.
Sin embargo el canciller subrayó que, como en todos los casos, el gobierno de México mantiene el apoyo a la defensa de los sentenciados y lleva a cabo negociaciones en diversos niveles para tratar de impedir la ejecución. Explicó que en ausencia de una legislación habilitante del Congreso estadunidense sobre estos casos, la Corte Suprema estimó que el fallo del llamado Caso Avena no era vinculante para los estados, sin embargo, dijo, “el respeto al debido proceso es un tema de interés no solo para los mexicanos sino que es una garantía para cualquiera que sea objeto de una investigación de carácter criminal en cualquier parte del mundo”.
De otra parte, aludió a la repatriación de connacionales desde Estados Unidos y dijo que ambos gobiernos han manifestado su interés por lograr mejores espacios de coordinación y diálogo, a efecto de que los procesos de repatriación no se traduzcan en espacio de desvinculación o desintegración familiar, como ha sucedido en los últimos años.
Se trata, agregó, que los procedimientos impliquen seguridad para el repatriado y para la comunidad que los recibe. “Hemos recibido de parte de las autoridades estadunidenses disposición para dialogar de mejor manera”, apuntó.
